Por Andres Matos (Licho)
BÁVARO, LA ALTAGRACIA, R. D.- El expresidente Hipólito Mejía afirmó aquí
que el país debe prestar mayor atención al gran potencial que tiene la
agropecuaria dominicana en el contexto de la economía global, para lo que se
necesita un Estado capaz de consensuar políticas públicas con el sector privado.
Al exponer como conferencista, con el título “ POLÍTICAS PÚBLICAS APLICADAS
AL SECTOR AGROPECUARIO”, en el Congreso Nacional de Productores Agropecuarios,
donde se tocan los temas relevantes para la estrategia nacional del desarrollo
agropecuario en el período 2020-2030, que se celebra en un hotel de Bávaro, el
exmandatario dominicano resalta que dicho potencial se destaca la reconocida
tradición agrícola que se expresa en la existencia de una cultura de
productores dedicados que aman el campo y que saben producir.
Además, está el espíritu emprendedor de los habitantes rurales del país, el
cual, está suficientemente probado, ya que para sobrevivir en las condiciones
adversas en que se desenvuelve gran parte de la vida rural, ha sido necesario
usar el talento, la creatividad y la persistencia que caracterizan a nuestros
hombres y mujeres del campo.
Sin embargo, expresó que para obtener un mejor provecho de las mejoras en
la productividad de la agropecuaria nacional se necesita que aumente el papel
del Estado en el establecimiento de las condiciones adecuadas para asegurar el
desarrollo agropecuario del país en la próxima década.
Dijo que el papel de Estado consiste en que este sea capaz de consensuar
políticas públicas con el sector privado para asegurar soluciones justas y
duraderas a corto, mediano y largo plazo para lo que no son suficientes las
iniciativas y soluciones inmediatistas por parte del Estado, como es el caso de
las visitas sorpresa.
Manifestó Mejía que, a fin de tener políticas públicas robustas y
eficientes es necesario que las instituciones públicas del sector agropecuario
funcionen a favor del mundo rural, lo que significa que exista coordinación
entre las instituciones, unidad de propósitos y compromiso con el desarrollo de
la agropecuaria y que esto se traduzca en bienestar para la familia rural.
“Es decir, es imperativo que los planes, programas y proyectos estén
sustentados en una base institucional coherente, efectiva y con disponibilidad
de recursos para que se ejecute lo programado”, expresó el expresidente
Hipólito Mejía.
Dijo que también es necesario que el Estado cree las condiciones que
aseguren el financiamiento de la producción agropecuaria, es decir, que haya
disponibilidad de recursos para el sector agropecuario en las instituciones
financieras, tasas razonables, seguros contra riesgos por pérdidas y la
creación de un fondo de garantías para asegurarle a la banca la recuperación de
los préstamos en caso de pérdidas de las cosechas.
Asimismo, recalcó, “el Estado tiene la obligación de ofrecer el marco de
seguridad jurídica necesario a la propiedad rural y a la inversión. También
corresponde al Estado dotar al mundo rural de la infraestructura necesaria para
el éxito de las empresas agrícolas, desde el momento de la siembra hasta la
comercialización”.
En concreto, plantea que se debe disponer de vías de comunicación terrestre
en buen estado, sistemas de irrigación, construcción de caminos vecinales y
parcelarios, sistema de transporte y capacidad de almacenamiento, entre otros.
Resalta que dos ejemplos que ilustran esa cultura
agrícola emprendedora son el tabaco y el arroz.
En el caso del tabaco, la excelencia que hemos alcanzado, nos permite
exportar sobre ochocientos millones de dólares de ese rubro.
En el caso del arroz, la eficiencia que hemos logrado en su producción se
expresa hoy en la autosuficiencia de ese alimento vital para la seguridad
alimentaria del pueblo dominicano.
Resaltó que, por otro lado, nos beneficia la ubicación geográfica de la
República Dominicana y las facilidades de transporte de que disponemos para
colocar nuestros productos en tiempo razonable en los principales mercados del
mundo constituyen una ventaja para potenciar el sector agropecuario dominicano.
“Tenemos acuerdos comerciales que nos permiten acceso preferencial a los
mercados de El Caribe, Norteamérica, y Europa. Y ahora se nos abre,
gradualmente, el acceso al mercado chino”, manifestó.
Sobre el caso del mercado haitiano, dijo “tenemos en ese hermano país uno
de nuestros principales destinos de exportación para los productos del agro. El
desafío es regular ese mercado a fin de que sea beneficioso para ambos países”.
Expresó que otro componente central del potencial del sector agropecuario
es el incremento y la diversificación de nuestro sector turístico. Como es
sabido, los turistas nacionales y extranjeros tienen un alto poder de consumo
de bienes y productos de calidad, particularmente, frutas, hortalizas y
vegetales.
Dualidad de la situación agropecuaria nacional.
Sin embargo, el expresidente Mejía resalta como de justicia señalar que la
producción agropecuaria dominicana expresa una dualidad que deben ser tomar muy
en serio.
“Esa dualidad significa que, mientras un sector de los productores usa
tecnología moderna, tiene acceso a crédito, asistencia técnica, y a sistemas de
comercialización más o menos organizados, existe, por el otro lado, el gran
mundo de los medianos y pequeños productores agropecuarios que no disponen de
esas facilidades para producir y comercializar” señaló.
Esa dualidad, dijo, es importante tomarla como un desafío para las nuevas
políticas públicas, por el hecho de que, es sobre los hombros de esos pequeños
y medianos productores en quienes descansa la producción del grueso de los
bienes alimenticios que consume la mayoría de la población.
Expresó que una gran parte de la producción de víveres, granos, hortalizas,
y frutas ocurre en las fincas de esos pequeños y medianos productores.
“Algo similar ocurre con la producción pecuaria, donde tenemos los
productores que usan alta tecnología y aquellos que utilizan métodos
tradicionales”, dijo.
Amplio que este diagnóstico de la situación actual del sector agropecuario
debe también incluir los serios déficits que tiene la agropecuaria en lo que
respecta a los servicios de apoyo, como son la transferencia tecnológica, el
manejo de plagas y residuos de pesticidas, la disponibilidad de semillas
mejoradas, el acceso y el manejo de agua, la infraestructura, el financiamiento
y la comercialización, entre otros.
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