Por Claudio Caamaño Vélez
“Esta candidatura que presento ante ustedes no es mía, ni de ningún
partido, es del pueblo dominicano. Pues no voy al congreso a buscar beneficios
particulares, ni a seguir líneas partidarias, voy al congreso a representar los
mejores intereses de mi pueblo, a luchar por sus derechos y libertades, a ser
un defensor de nuestra soberanía.” Así inicié la presentación de mi
candidatura a diputado por la circunscripción 3 de la Provincia Santo Domingo
(todo lo que está al Este de la Charles De Gaulle).
Una de las cosas que critico del PLD es el servilismo de sus congresistas,
donde las leyes no se conocen en el Congreso sino en el Comité Político.
Aprueban préstamos y proyectos sin leer; y qué decir de lo que hicieron con la
Constitución.
Por un asunto de coherencia debo ser claro: no voy al Congreso para ser
parte de esas prácticas que tanto combato.
Sin duda en algún momento tendré que vincularme a algún partido o bloque de
partidos, pues las leyes que rigen el sistema electoral no permiten participar
en elecciones de manera independiente. Más no quiero que me regalen una
diputación, quiero ganar ese escaño voto a voto, pues ese es parte del precio
de la independencia.
Voy a trabajar duro, a buscar votos como un “degraciao” (con eso es que se
gana), y los defenderé con uñas y dientes (si no es así no te los cuentan). Al
partido que me postule le garantizo votos en las urnas y un equipo que los
defienda, pero no puedo ofrecerles un lacayo en el Congreso.
Velaré por los mejores intereses de mi país y mi comunidad, y cómo la unión
hace la fuerza, seré un promotor de la unidad dentro de la Cámara de Diputados.
Más adelante tendré que vincularme a alguna organización, y pondré mi cara
en su boleta, pero mi cabeza sigue siendo mía.
Seré agradecido con la organización que me postule, y con aquellas personas
que luchemos juntos. Precisamente
por eso debo empezar siendo sincero.
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