Por Luis Aníbal Medrano S.
El irrespetuoso comportamiento de seres,
supuestamente humanos, que hacen mal uso de sus cuerdas vocales para eructar
toda clase de improperios y acusaciones infundadas, carentes de conocimiento de
las leyes, para con sus desenfrenadas actuaciones poner en entredicho la
confiabilidad de las instituciones gubernamentales que operan en favor de la
niñez y la adolescencia en la República Dominicana.
Definitivamente se debe poner freno a
los circos mediáticos que, bajo el amparo de la sombrilla de la libertad de
expresión y la ausencia de una ley que castigue de forma severa a los
calumniadores y chantajistas que hacen mal uso de las ondas hertzianas y el
internet, en ocasiones para “sonar” y en otras para cobrar, traen por los
cabellos situaciones que involucran a la niñez y la adolescencia.
Presenciamos con estupor a personajes
enganchados a comunicadores que, sin el más mínimo escrúpulo hacen del menor de
los casos una tragedia internacional, utilizando para sus fines demoníacos
acciones que perjudican a niños y adolescentes y que, en vez de contribuir con
las entidades correspondientes a la solución, lo que hacen es montar un teatro
para lograr los archiconocidos view.
Esta es una de las partes oscuras del
internet, las redes sociales mal utilizadas, prostituidas, descuartizándolas paulatinamente,
la voracidad de los miembros de una generación que aún no tiene una definición
que engrose todas sus malas actuaciones.
Realmente son los menos los que incurren
en esta práctica, pero en un país donde el morbo tiene asiento en millones de
cerebros humanos , se viraliza más rápido lo pecaminoso que las buenas
acciones. Por suerte, se observa una preocupación en algunos medios
tradicionales que han editorializado pidiendo un alto a los view provocados por
los asesinos de prestigios.
Tanto el Consejo Nacional para la Niñez
(Conani), encabezado por su presidenta ejecutiva Ligia Pérez Peña, como el
Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi),
dirigido por su directora general Josefa Castillo Rodríguez, así como todas las
otras instituciones que conforman el Gabinete de la Niñez que preside la
primera dama, Raquel Arbaje, deben de ser respaldados por la población en
general por el loable y sacrificado trabajo que realizan día a día en favor de
un sector tan sensible compuesto por niños y adolescentes a los cuales protege
la ley 136-03.
Resultaría conveniente que los
espadachines verbales contra el sistema que rige la protección a la niñez y la
adolescencia dominicana, se tomaran un tiempo y desplazaran su vista hasta el
contenido de esta ley, que dejaran de emitir juicios despiadados sin conocer
cómo funciona dicho sistema.
Aunque reconocemos que todo no está
perdido, que tenemos muchos buenos periodistas y comunicadores en favor de la
verdad, debemos forjar una cruzada por el adecentamiento de las redes sociales
que involucre la regularización rigurosa de la utilización de estas, no es
mucho pedir, es voluntad lo que hace falta.
Aprobado…
Luis
Aníbal Medrano S. es periodista, municipalista y político.
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