Por Miguel Ángel Cid Cid
Justo es,
entonces, aprovechar la tregua para reajustar los programas de gobierno
enarbolados en la campaña electoral.
Se recomienda,
en ese sentido, contratar servicios especializados para la formulación de los
planes de desarrollo del gobierno municipal. La sugerencia busca resolver dos
obstáculos fundamentales.
Por un lado,
propiciar que las autoridades recién estrenadas respondan a las exigencias
propias de las coyunturas particulares. Por el otro, contribuye a mermar la
escasez técnica propia de los funcionarios de los ayuntamientos.
La
planificación señalada se diseña para un lapsus de 4 años. A partir de este se
desprenden: a) el plan de ordenamiento territorial, y b) el plan estratégico de
desarrollo del municipio.
Aunque, en
teoría, el plan estratégico de desarrollo municipal es la sombrilla que cubre
los demás planes y programas en el municipio y el gobierno local.
Circunstancias adversas impiden que así sea. Pero llegaremos.
La alianza
Pactar una
alianza con una o varias organizaciones, empresas, personas físicas, etc., con
experiencia en la ejecución de proyectos. Que estén en capacidad de gestionar
fondos de la cooperación internacional. Que manejen metodologías garantistas de
la inclusión y la participación de los diferentes sectores sociales del
territorio.
El propósito
de la alianza radica en que los contratados se encarguen de conducir el proceso
de formulación de los planes descritos arriba. El pacto puede incluir la
gestión del 4% para educación, salud y género, y lo atinente al Presupuesto
Participativo Municipal (PPM).
Pero cabe
aclarar que género significa mucho más que mujeres.
En tal
sentido, si el gobierno central y los ministerios pactan alianzas con empresas
y ONG para resolver cuestiones específicas. Si las direcciones especializadas y
otras instancias oficiales siguen la misma práctica para abordar servicios de
su competencia.
Entonces,
visto lo anterior, ¿por qué los ayuntamientos se resisten a hacer lo propio?
No obstante,
las experiencias exitosas en el ámbito local no sobran, pero la lista se alarga
si se mencionan todas. Entre ellas:
Mancomunidad
del Río Macasia. La unión de municipios tenía como objetivo
coordinar acciones para la protección del ambiente en los territorios
asociados. Entre las localidades integradas están: Las Matas de Farfán, El
Cercado, Juan Santiago, El Llano, Comendador, entre otras que se bañan en esta
importante fuente acuífera fronteriza.
Las
mancomunidades son asociaciones de municipios, ONG y empresas, instituidas para
resolver servicios referentes a los mancomunados. Se fundan en la Ley 176-07,
pero su reconocimiento legal se obtiene mediante la Ley 122-05 de organizaciones
sin fines de lucro.
Las
mancomunidades están destinadas a favorecer la gestión eficiente de los grandes
problemas comunes de los municipios asociados. Inclusive, contribuir a la
gobernabilidad de éstos.
La Fundación
Escoba. Esta organización lleva18 años resolviendo el
problema de la recogida de basura en Capotillo y el Ensanche Espaillat. Escoba
tiene un acuerdo con el Ayuntamiento del Distrito Nacional desde el año 2006.
Ellos recogen la basura y la alcaldía les paga una compensación por cada
tonelada recolectada y entregada. La Fundación cuenta con seis camiones
recolectores de su propiedad.
Fundación
Solidaridad. La ONG inicio el PPM en Villa González coordinada
con el Ayuntamiento y las agrupaciones locales. La metodología convirtió a Las
Lagunas —nombre original de Villa González— en un municipio modelo a nivel
nacional y allende los mares.
La Liga
Municipal Dominicana. La institución asesora técnica de los
ayuntamientos a firmado acuerdos de colaboración contractuales con decenas de
empresas, academias y agrupaciones sociales. Entre ellas se cuentan
universidades dominicanas y extranjeras, FEDOMU y la misma Fundación
Solidaridad, etc.
Pero los
ayuntamientos pueden —con derecho adquirido— solicitar la asistencia de la Liga
Municipal Dominicana, esa es su función.
Espabílense,
pues, al publicarse este artículo los alcaldes ya no contarán con cien días
sino con noventa y uno. El tiempo se agota.
En suma,
planificar requiere tranquilidad a lo interno del gobierno para que el
diagnóstico sea fiable y los respectivos proyectos sean realizables. Por tanto,
alcaldes y regidores deberían ponerse de acuerdo ya. Urge adelantar los éxitos de
los próximos 4 años.
La gracia de
los Cien días es un recurso que bien aprovechado podría amansar las avispas.
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