Por Miguel Ángel Cid Cid
En República Dominicana, Balaguer, luego de la muerte de Trujillo en 1961, se
alió con los sectores de poder para lograr heredar al jefe. Leonel Fernández,
en 1996 hizo lo propio con el gallo colora’o.
Alianza electoral
La alianza electoral es la unión temporal de dos o más partidos políticos
para participar en una contienda electoral. El propósito consiste en fortalecer
las posibilidades de triunfo de los aliados y, tocar un mayor pedazo del pastel
a la hora de la repartición.
Las alianzas, en consecuencia, pueden limitarse a las elecciones. Es decir,
luego de las votaciones termina el acuerdo. Por el contrario, la asociación
puede basarse en perspectivas de carácter estratégico. O sea, que se proponga
compartir el gobierno una vez lograda la victoria.
En ese orden, las elecciones municipales, las elecciones congresuales y las
elecciones presidenciales se harán en fechas diferentes en el 2024. En los
partidos políticos del país se siente desde ya el rugir del os vientos
aliancistas.
El expresidente Hipólito Mejía, por ejemplo, sopla con mayor fuerza para
arrastrar hacia el proyecto reeleccionista a las agrupaciones políticas de su
conveniencia. El viejo zorro hace gala de su amistad profunda con el
exmandatario Danilo Medina, presidente del PLD.
Mejía se reunió ¿por casualidad? en mayo 2022,
con varios dirigentes del Comité Político morado. Finalizando el año, él dijo,
que veía con buenos ojos una alianza entre los peledeistas y el PRM para las
elecciones municipales de febrero 2024.No conforme, el guapo de Gurabo visitó a
Danilo Medina en su casa por el inicio del nuevo año, hablaron de temas de
interés nacional, dicen ellos.
No se sorprenda si, por motivo del cumpleaños de Danilo Medina, su amigo Hipólito
Mejía le lleva una serenata por pura casualidad.
Abel Martínez Duran, precandidato presidencial de los morados dijo, en
cambio, que solo pactará con el pueblo que está siendo maltratado por el actual
gobierno.
Pero, ¿acaso Abel cree que se gobierna?
Dos escenarios probables
Escenario 1: Es imposible ver más allá del horizonte. Pero, antes del horizonte
se avizora el PRM y el PLD unidos para acaparar la mayoría de los alcaldes y
demás cargos municipales en febrero 2024. El riesgo del pacto consiste en que, la
Fuerza del Pueblo se quede sola en la oposición. Y liderar la oposición le daría
a la FUPU un valor agregado para las elecciones presidenciales.
Escenario 2: Aunque con nubarrones atravesados, puede divisarse al PLD en
coalición con la FP. El principal inconveniente de esta unión radica en la
obstinación de Leonel Fernández con ser él, el candidato presidencial. Por otro
lado, Leonel podría correr el riesgo de ver a muchos de sus seguidores regresar
al partido morado.
En el PLD podría ser catastrófica. Por ejemplo: Charles Mariotti,
secretario general morado, se levantó temprano y amenazó con renunciar a su
cargo si su partido se alía al León.
El intruso
Pero en noviembre del año recién pasado, Julio
César Valentín, exsenador, dio un golpe de efecto. Renunció al PLD. La
salida reside en que, primero, con el vestido morado Valentín se sentía como un
extraño; segundo, formar su propio partido con el nombre de Justicia Social.
En suma, Vespasiano falleció y su hijo Tito lo sucedió en el trono. El
cristianismo santificó a Constantino y este, a su vez, le otorgó carácter
oficial a la religión católica. Balaguer gobernó el país hasta después de su
muerte y Leonel se granjeó doce años en la silla de alfileres.
¿Convendría a los tres partidos mayoritarios medir fuerzas entre ellos para
que, sean los electores los que hagan la clasificación?
Cuidado que, el Valiente les come los caramelos.
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