Por Patricia Arache
Las elecciones
presidenciales y congresuales de mayo del año 2024, precedidas de las
municipales, que serían en febrero, ya están a la vuelta de la esquina, por lo
cual, las manifestaciones proselitistas de todos se expanden por toda la
geografía nacional y más allá.
De hecho, la
Junta Central Electoral (JCE) anunció en noviembre del pasado año 2022, un
cronograma de cara a esos procesos comiciales,que conllevan una minuciosa y
bien ponderada organización, de suerte que no haya quejas, lamentos, rabietas
ni arrebatos por parte de los participantes ni de la población votante.
Sicreemos que falta
mucho para comenzar a “arrear” los caballos en la pista electoral, nos
equivocamos.
El día 1 de octubre
de este año 2023, de acuerdo a la programación del máximo tribunal comicial,
los partidos, agrupaciones y movimientos políticos tendrán que realizar sus
primarias; y el 29, que será el último domingo de ese mismo mes, sus
convenciones y asambleas.
Las elecciones
municipales, en las que habrá elección o reelección de los titulares de las alcaldías,
regidurías, direcciones y vocalías, según sea el caso, están pautadas para el
18 de febrero del próximo año 2024.
Las
presidenciales, que concentran la mayor atención y pasión del mundo, porque
seguimos teniendo un sistema político presidencialista, están programadas para
el 19 de mayo que corresponde, como lo establece la ley, al tercer domingo de
ese mes.
Solo si no hay ganador
en primera vuelta, que ojalá si lo haya, el proceso se extendería hasta el 30
de junio del 2024, que es la fecha estipulada legalmente para la denominada
segunda vuelta electoral en República Dominicana.
Desde que la
Constitución de la República, en su modificación del año 1994, estableció
segunda vuelta electoral en el país, solo ha sido necesaria realizarla en el
estreno, en el año 1996. Desde entonces, parecería que a los votantes no les
simpatizan las primeras vueltas. ¡Pruebas al canto!
Los procesos
llevados a cabo en los períodos sucesivos a aquella primera vuelta, hasta
ahora, no han requerido segunda vuelta: 2000-2004, Hipólito Mejía, en primera
vuelta; 2004-2008, 2008-2012, Leonel Fernández, en primera vuelta; 2012-2016 y
2016-2020, Danilo Medina, en primera vuelta; 2020-2024, Luis Rodolfo Abinader
Corona, de quien se prevé, con toda lógica y fundamento, que será nuevamente el
candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en primera vuelta.
La segunda
vuelta, en República Dominicana, hasta el momento ha funcionado como un adorno
constitucional, porque cuando llega mayo, ya la gente está decidida y
convencida de lo que hará en las urnas. Y lo hace.
Para los
procesos venideros del próximo año 2024, hemos comenzado a ver vallas y afiches
promocionales de aspirantes a nominaciones a senadores, diputados, alcaldes,
regidores y, ¡por supuesto, a presidente de la República!
Hasta ahora, es
una campaña que, aunque viola las regulaciones y los plazos de la Junta Central
Electoral, lo que no es diferente a otros períodos ni a la cotidianidad institucional
misma, todavía parece discreta, aunque en algunos casos luce imprudente,
irreverente y desafiante.
Como en aquellos
casos, que los hay, en los que desaprensivos utilizan símbolos, monumentos,
placas de recordación o distintivos de espacios públicos para grabar el nombre
de algún político, al que parecen amar hasta la inconsciencia. ¡Es una
barbaridad! Trátese de presidente, expresidente o quien fuere.
Sería un éxitosi
las pasiones político-electorales, expresadas en afiches, vallas y letreros, no
ensuciaran más barrios, calles y ciudades del país en desmedro del cuidado del
medio ambiente, del ornato y de la limpieza que deben prevalecer en cualquier
nación habitada por personas civilizadas.
Debe ser un
compromiso de todos, gobernantes y gobernados, contribuir a que tengamos un
país que pueda exhibir con limpieza, estética y orgullo las bellezas con las
que cuenta, que son muchas.
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