Por Miguel Ángel Cid Cid
La ausencia de
Abel Martínez, en el reciente carnaval de Santiago, manda una señal que explica
su actitud frente a la cultura popular. Esa postura es la de rechazo. Él
prefiere la farándula. Por ello, el alcalde cibaeño, no solo se distanció de
las actividades carnavalescas, sino que les negó el tradicional apoyo de la alcaldía.
El carnaval y
la actividad política electoral guardan cierta similitud. En el carnaval la
gente se disfraza para asumir una nueva identidad. Esconde su rostro detrás de una
máscara y asume un baile cadencioso y contagioso. El disfraz y la careta producen
un efecto de simpatía en los espectadores. Los que caen en la trampa de esa
ilusión son víctimas de los golpes de vejigas.
Los políticos
hacen lo propio en tiempo de elecciones. Se mudan de careta para parecer
diferente a la que llevan puesta siempre y se ponen un nuevo disfraz para simular
su propia identidad. Pero una vez ganan y toman el mando se recogen, se quitan
la careta de la ilusión y muestran las mil caras que lo definen en cada momento,
en cada situación. Parecen ovejas mansas, pero son verdaderos camaleones.
Esa
característica poliédrica de los políticos es la que los empuja a querer, no
solo estar presentes, sino encabezar las festividades folclóricas de sus
pueblos. Como el carnaval es la fiesta más universal de todas las celebraciones
de la tradición cultural dominicana, los políticos tratan de aprovechar esas
festividades.
Y es así como
Manuel Jiménez, alcalde de Santo Domingo Este, cantautor y gestor cultural
dominicano se puso donde el capitán lo vea. Anunció temprano un derroche de
apoyo a la celebración de San Antonio de Padua en Yamasá, provincia Monte
Plata. Ésta provincia lleva 118 años celebrando la tradición de San Antonio
Negro de los Hermanos Guillén. En esta ocasión se realizará el domingo 12 de
junio del 2022, dedicada al municipio Santo Domingo Este y sus manifestaciones
culturales.
Kelvin Cruz,
alcalde de La Vega, continúa la costumbre de presidir el carnaval vegano. En
esta oportunidad, Cruz dispuso la realización de las festividades en un solo
fin de semana, debido a la pandemia. En el municipio cabecera el ayuntamiento
tiene la responsabilidad de organizar la fiesta cultural con el concurso de los
grupos carnavalescos locales y el empresariado de la ciudad.
En Santo
Domingo, Milagros Germán, ministra de Cultura, fue la principal presentadora
del Desfile Nacional del Carnaval. La Diva se vistió con un disfraz de maestra
de ceremonia. Hay quienes afirman que estaba disfrazada de funcionaria recién
juramentada. Llevaba un traje blanco, impecable, como una verdadera deidad del
panteón.
El Presidente
Luis Abinader demostró que aquello de tayota fue una ficción de sus opositores.
El mandatario no solo no se perdió el Desfile Nacional del Carnaval, sino que
lo encabezó. Usó el disfraz clásico de presidente, como todo político consumado.
Cierro esta
entrega con la nota discordante de Abel Martínez Durán. Los hidalgos organizadores
debieron doblar esfuerzos para conseguir otras fuentes de financiamiento, ya
que el niño lindo se volvió el niño malo.
El próximo
febrero volverá la fiesta. Las elecciones del 2024 estarán al doblar la esquina.
Es posible que en febrero del 2023 el PLD aún no tenga definido su candidato a
la presidencia. Abel Martínez ambiciona ser el escogido.
Los líderes
culturales, los gestores, los animadores, los artistas, los lechones, los artesanos,
el pueblo de Santiago deben estar atentos para cobrarle a Caín…perdón, a Abel,
la cuota que le negó al carnaval este año.
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