POR FELIX QUIÑONES
Tumbaron a Trump, esa es mi humilde conclusión. La élite política de los partidos Republicano y Demócrata, incluido su propio vicepresidente, Mike Pence, les propinaron un “palo asechao” al presidente que, obviamente, no pertenece a la ya mencionada aristocracia política que por décadas ha dominado el escenario en Estados Unidos.
Por tanto, contra él se “cuadraron”, las cúpulas
partidarias, la media en sentido general, todas las cadenas de noticias; en
fin, el establishment, la flor y nata del poder se opuso a Trump para impedir
su ascenso. Y de todas formas les ganó en el 2016. Pero, al final de su
mandato, fue “apedreado” como si fuera la mujer adúltera de la Edad Media.
El epígrafe usado en este trabajo es producto del
desenlace fraudulento y cruel usado para expulsar a Donald Trump de la Casa
Blanca, y quizás, hasta de la política activa. Ya es una realidad y un hecho
que sus enemigos tendrán que explicar algún día ante la historia.Trump se va de
laCasa Blanca fruto de una conspiración organizada y lo hace dejando su legado,
con logros calificados e históricos.
Sólo para la memoria histórica de este pueblo que
nunca olvida, voy a citar algunos.
Ordenó el sistema migratorio en niveles y con
acciones nunca antes vistas, fijando reglas para la entrada de cualquier
persona; Todas en beneficio de su país, sin importarle las consecuencias contra
quienes violan los derechos migratorios en Estados Unidos. Y debemos resaltar,
que lo hizo apegado siempre, a lo que está estipulado por las leyes; que, dicho
sea de paso, fueron promovidas por los propios demócratas desde el poder. ¡Bien
hecho por el presidente!
Liquidó de forma contundente, a quienes dominaban
las calles de las principales ciudades, apoyados en el terror y los crímenesmás
atroces: las llamadas pandillas callejeras, que en los ocho años de Obama se
multiplicaron como los murciélagos en el Parque Nacional Kasanka de Zambia.Un
ejemplo de ellas era la temida Mara Salvatrucha. Nunca me había sentido tan
seguro en este país como en los cuatro años del Presidente Trump.
Desarrolló la mejor economía, con índices
históricos en Estados Unidos, a tal punto, que China al verse acorralada por la
osadía de Trump, dejó escapar el nocivo virus chino Covid-19, y del mismo ya
sabemos las consecuencias lúgubres para USA y el mundo.
El “demonio asiático de China”, que dominaba y
aún domina gran parte del mercado comercial del mundo, se vio seriamente
amenazado por las acciones nacionalistas de un presidente genuino, auténtico
defensor de los mejores intereses de su país. Los arancelesimpuestos a las
importaciones chinas y la renegociación de los acuerdos comerciales para
proteger a la industria doméstica de la competencia desleal, sin dudas, abrió
las puertas de la confrontación, obligando a los chinos a proponer fórmulas de
advenimiento con el mayor consumidor del mundo: USA.
Debo precisar en este punto que, el presidente
actuó con decisión de Estado y que eso provocó el auge de la economía, desde
enero de 2017 hasta febrero de 2020, cuando la pandemia del Covid nos golpeó
inmisericordemente, hasta la fecha.
Donald Trumpfue un presidente claro y preciso, “al
pan, pan y al vino, vino”, como debe ser. A la Unión Europea la trató con equidad,
descalificó a la OTAN; pero creo debió eliminarla, a la ONU la bautizó como un
club de personas mayores, que se reúnen para pasarla bien y yo le agrego: a
descorchar los mejores vinos y saborear suculentos platos; claro, USA paga
cerca de un 25%, mientras que China, Francia, Inglaterra y Alemania, sólo pagan
cerca del 5% de los gastos.
A Rusia, con Putín de fondo, ledio lo que se merece,
un trato de potencia, como lo que es; porque Trump no es un tipo de doble moral,
exige respeto para su país y respeta a los otros países. Ese fue el espíritu de
su discurso en la ONU en el 2017: “nosotros no seremos mas el policía del
mundo, defiendan sus países como yo he de defender el mío”
Con Corea del Norte fue mas táctico y logró
algunos acuerdos que en definitiva no resultaron; pero, siempre dejó claro que
no se opondría a una unificación de las dos Coreas, si es que ellos lo deseaban.
Esta posición, desde luego, no cuenta con el apoyo de China ni Rusia, por un
asunto de intereses políticos.
A la América Latina la trató como se merece, por
corruptos e inhumanos que son con su gente, les dijo lo siguiente: “los latinos
emigran a Estados Unidos, porque sus autoridades son un asco”; y yo puedo
testificar que estuvo en lo correcto.
Lo calificaron de loco y violento, pero nunca comenzó
un conflicto bélico o guerra en el mundo y, aunque vivió momentos de presiones
para invadir a Venezuela, siempre se opuso, y mejor aún, regresó casi todas las
fuerzas militares a USA. Hoy, se puede decir, con orgullo para los estadounidenses,
que no hubo una sola invasión a país alguno durante los cuatro años de su
mandato; y eso es maravilloso por parte del presidente Trump.
En Medio Oriente, los éxitos fueron varios y
diversos: logró acuerdo de paz entre Israel, Emiratos Árabes, Bahréin y otros.
Mientras que a Irak e Irán les mostró firme decisión de no permitir sus
tropelías contra los vecinos y menos contra Estados Unidos.
Enfrentó la globalización y a buena parte de sus nefastos
dirigentes, como hombre de fe y cristiano, rechazó el aborto y toda la agenda
satánica que los demócratas idolatran. En cambio, la electa vicepresidente de
Estados Unidos votó 8 veces en el Senado a favor del aborto, aún después de
haber nacido la criatura. ¡Bárbara!
Trump dejó bien claro que Jamás apoyaría funestos
ideales y agendas que conlleven a la destrucción e identidad nacional histórica
del país, y que envuelvan elementos como son sus monumentos, estatuas,
costumbres, Constitución, ect.
Tal vez, el logro más significativo de Trump fue
poder conformar una Suprema Corte de perfil y balance conservador; que nos
garantiza una oposición sólida y legal a esas agendas neoliberales de los
grupos anti naturaleza y anti vida.
Estoy orgulloso de ser parte de los 74 millones
de estadounidenses, que, de manera decisiva y legal, votaron por el presidente
Donald Trump y en contra absoluta, de los 142 años de ejercicios públicos estériles
en conjunto, de estas cuatro figuras política del partido demócrata: Kamala
Harris, Nancy Pelosi, Chuck Schumer y el “presidente con trampas” de Estados
Unidos de América, Joe Biden.
Ya para cerrar, quiero testimoniar mi respaldo y
agradecimiento al presidente Trump, por el trato que nos dio a los dominicanos:
a) sustituyó de inmediato a la pareja de
sinvergüenzas que nos puso Obama de embajadores, b) mandó a quitar la
oprobiosa bandera LGTB que ofende a la bandera nacional cuando se izan juntas,
como lo dispuso Obama, c) nos trató muy bien con el alivio económico durante la
crisis y d) autorizó la llamada del canciller Mike Pompeo para sacar del poder
a los delincuentes del Partido de la Liberación Dominicana.
Hay un detalle final que no quisiera dejar de
resaltar. Se trata de la actitud mantenida por el presidente Trump en relación
con los planes de la Comunidad Internacional hacia nuestro país, en el manejo
de las tortuosas relaciones con nuestros vecinos de Haití. Si bien USA no
respaldado los planteamientos del pueblo dominicano, tampoco ha sido de complicidad
total con nuestros enemigos, encabezados por la tenebrosa familia Clinton.
El Plan de Contingencia, ideado por los artífices
de la fusión de las dos naciones, no se materializó durante estos cuatro años
del presidente Trump y eso lo apreciamos todos los patriotas dominicanos. Pero,
con la llegada de los demócratas al poder, tememos que se reactiven las
presiones para mover un porcentaje importante de haitianos hacia la República
Dominicana. Se estima que hasta 500 persona podría pasar la frontera
diariamente en condición de “refugiados”, lo que obligaría a República
Dominicana a proveerles, protección y servicios permanentemente.
Toda esta componenda antinacional contra nuestro
país es una iniciativa conjunta del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados (ACNUR) y el Ministerio de Interior y Policía de la
República Dominicana, en del pasado gobierno del PLD. Esta calamidad nacional
no la estuviéramos pasando si Trump pudiera permanecer en la Casa Blanca por
cuatro años más. Es por ello que lo respaldamos militantemente y lo haríamos de
nuevo, de ser necesario y posible.
¡Gracias presidente
Trump, en nombre de todos los dominicanos!
Felix Quiñones es dirigente deportivo y comunitario
de NYC
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