Por Luis Aníbal Medrano S.
El domingo 16 de agosto del año en curso la República Dominicana tendrá un nuevo presidente constitucional fruto de las elecciones extraordinarias realizadas el 5 de julio pasado. El economista Luis Rodolfo Abinader Corona, el presidente número 54 en 67 períodos.
El licenciado Luis Abinader tiene en su haber ser el presidente electo, el primero en América Latina, luego de ser atacado por el desagradable y despreciado COVID-19. Será el primer jefe de Estado del país nacido después de la caída de la tiranía trujillista y lo logró después de un segundo intento.
Se puede decir que el triunfo de Luis Abinader es la conjugación de voluntades de todos los sectores nacionales que entendieron que era urgente, necesario e impostergable la llegada de un nuevo modelo de gobierno que le imprimiera ciertos sellos que el partido gobernante había obviado durante sus veintes años de funesto ejercicio del poder.
Es entonces que después de tanto malabares y traiciones, luego de soportar las incorrectas practicas gubernamentales de un partido que paso a ser de una organización de cuadros a ser de una logia ponzoñosa que rompió todos los record de inconducta gubernamental y luego de haber logrado el país contar con un instrumento político partidista para derrotar al partido oficialista, se hace obligatorio, un compromiso nacional por demás, permitir que Luis Abinader y el gabinete que el escoja, realicen una labor de transición de lo peor a lo mejor.
Todos estos argumentos esgrimidos en los párrafos anteriores obedecen a contribuir a frenar una mala costumbre heredada del partido del hoy jacho apagado que está saliendo a relucir en algunos desesperados que desde ya, sin haberse juramentado Luis Abinader, están criticando su actuación y que sin duda alguna no entiende la llamada alta política, o que en su defecto quieren hacer coro para torpedear la aun no iniciada gestión gubernamental.
Rafael Antonio Suberví Bonilla, el histórico sindico capitalino, protector por demás de las bases perredeistas, siempre se pronunciaba con amargura de que los compañeros de su partido, a todos los niveles, no defendían su gobiernos, sus gestiones. Tenía razón el viejo zorro sureño cuando la historia registra la actuación de los ataques y serruchadera de palo de los propios compañeros a sus funcionarios.
Tenemos la esperanza de que se paralice esa mínima, pero peligrosa, actuación de algunos “perremeistas”, si es que en realidad los son. A Luis Abinader desde ahora se debe defender e impulsar a que realice una excelente gestión gubernamental para que el Cambio se cristalice en beneficio del pueblo dominicano.
Luis Abinader tiene el compromiso ineludible de hacerlo bien, de realizar una gestión con pulcritud que responda a los deseos del pueblo de acabar con la corrupción, con el nepotismo, con la vandalización del Estado y con todo lo que tenga hedor a azufre dentro del gobierno.
Creemos entonces se hace obligatorio dejar al presidente electo, Luis Abinader, que escoja su gabinete como lo viene realizando, el sabe bien para donde va, el sabe lo que hacer porque supo armar el andamiaje necesario para derrotar el gobierno poseedor de todos los instrumentos de represión políticos, económicos y sociales. Luis Abinader, el PRM, partidos aliados y el pueblo en general lo derrotaron, no inicien antes de gobernar la derrota de ustedes mismo con estupideces de antagonismo políticos internos y aspiraciones a destiempo.
Aprobado…
El autor es político, municipalista, periodista y locutor residente en Nueva York.-
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