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Por Miguel Espaillat Grullón
Preliminar
A - Los temas que escribo, no los elijo yo, sino, que ellos me eligen a
mí. Por tal razón, cuando me siento a escribir, voy como a un parto
literario. Eso es así, porque en el escritor actúan fuerzas que los
preñan de textos, que una vez lo sentimos concebidos, nos negamos a abortarlos
o a cercenarlos, por lo que hay que parirlos enteros, so pena de caer en
tormentosos conflictos emocionales, porque no se tiene paz, hasta que no se
haga la tarea asignada.
B - Por tales razones, la extensión de un texto está supeditada a la
interacción de fuerzas biológicas, espirituales y cósmicas que confluyen en un
ser humano, para de manera, hasta ahora misteriosa, vibrar en una determinada
frecuencia para hacer a un escritor.
C- El texto que presento hoy a mis amables lectores obedece a esa
trilogía, de la cual no se puede escapar cuando ella se encapricha con uno de
nosotros. Por la extensión del texto, lo voy a dividir en cuatro entregas. Hoy,
va la primera; esperando que tanta vigilia y desvelos, y la conspiración de las
pulsiones cuánticas que obran sinérgicamente entre la trilogía señalada, sea
para luz, amor, y crecimiento de todos. De inmediato, el texto:
1 - James Petras es un doctor en sociología nacido en Boston en enero de
1937. En el presente, este intelectual tiene 83 años de vida. De él se
puede decir, que desde que se hizo hombre ha tenido una vida productiva a favor
de la humanidad. El doctor Petras ha sido profesor de la Binghamton University
de Nueva York, de la Universidad de Pensilvania, y profesor adjunto en Saint
Mary's University, de Halifax (Canadá). Petras es conocido por sus
estudios sobre los imperialismos, la lucha de clases y los conflictos
latinoamericanos. Sobre estos temas ha escrito más de 62 libros traducidos a
más 29 idiomas y producido por sobre 2600 artículos publicados en las revistas
y periódicos más prestigiosos del mundo. Estas solidas credenciales evidencian
que James Petras no es de esos, que siendo “monicacos y monicaquillos”,
pretender ser eruditos de la más alta escala de la
intelectualidad.
2 - Para los fines de la presente entrega, voy a resumir y parafrasear
del doctor Petra, su artículo titulado: “Estados Unidos y Venezuela: Contexto
histórico. Crónica de una lucha antimperialista de invasiones y revoluciones”,
publicado en decenas de periódicos digitales en fecha 18 de mayo de 2019. Cito:
3 - “En los primeros 40 años del siglo XX, Estados Unidos invadió a Cuba
convirtiéndola en una cuasi colonia y repudiando al héroe de su independencia
José Martí; proporcionó asistencia militar y asesoría al dictador de El
Salvador, asesinó a su dirigente revolucionario Farabundo Martí y a 30.000
campesinos sin tierra que pretendían la reforma agraria. Intervino en
Nicaragua, combatiendo a su líder patriótico Augusto César Sandino e instaló
una dinastía dictatorial dirigida por los Somoza, que se mantuvo en el poder
hasta 1979. También intervino en Cuba en 1933 para instalar una dictadura
militar que reprimiera el alzamiento de los trabajadores del azúcar. Entre 1952
y 1958, Washington armó a Batista en su lucha contra el movimiento
revolucionario 26 de Julio, liderado por Fidel Castro. A finales de los
treinta, EE.UU. amenazó con invadir México cuando su presidente, Lázaro
Cárdenas, nacionalizó las compañías petroleras estadounidenses y redistribuyó
la tierra entre millones de campesinos sin acceso a ella”.
4 - Tras la derrota del fascismo (1941-1945) – continua Petra narrando
-, se produjo un crecimiento significativo de gobiernos socialdemócratas en
América Latina, a los que EE.UU. se oponía. En 1954, derrocó al presidente
electo de Guatemala, Jacobo Arbenz, que había expropiado las plantaciones
bananeras de la United Fruit Company. Apoyó un golpe militar en Brasil en 1964,
que se mantuvo en el poder por veinte años. En 1963, derrocó al gobierno de
Juan Bosch, elegido democráticamente, e invadió República Dominicana para
evitar un levantamiento popular. En 1973 respaldó el golpe militar chileno que
derrocó al presidente socialista Salvador Allende y sostuvo el régimen militar
del dictador Augusto Pinochet durante casi veinte años. Posteriormente, EE.UU.
ocupó Granada en 1983 y Panamá en 1989.
5 - Estados Unidos sostuvo a los regímenes derechistas de la región que
apoyaban a los oligarcas de la banca y las grandes compañías estadounidenses,
los mismos que explotaban los recursos, a los trabajadores y a los campesinos.
6 - Pero a comienzos de los noventa – prosigue Petras -, poderosos
movimientos sociales encabezados por trabajadores, campesinos, funcionarios de
clase media, médicos y profesores desafiaron la alianza entre las élites
gobernantes de EE.UU. y las distintas naciones. En Brasil, el Movimiento de los
Sin Tierra, que agrupaba a 300.000 campesinos, consiguió la expropiación de
grandes latifundios improductivos; en Bolivia, los mineros y campesinos
indígenas, incluyendo a los cocaleros, derribaron a la oligarquía. En
Argentina, las huelgas generales y los movimientos de masa de desempleados
consiguieron echar a los gobernantes corruptos aliados del City Bank. El éxito
de los movimientos nacionalistas y populistas llevó a la convocatoria de
elecciones libres que ganaron presidentes progresistas de izquierdas en toda
América Latina, especialmente en Venezuela.
7 - En 1989 – sigue Petras narrando - los programas de austeridad
impuestos por el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez con el respaldo
de EE.UU. dieron paso a manifestaciones de protesta (el Caracazo) fuertemente
reprimidas por la policía y el ejército, que causaron cientos de muertos y
heridos. Hugo Chávez, un oficial del ejército, se rebeló y apoyó la revuelta
popular. Fue detenido, encarcelado, posteriormente liberado y se presentó como
candidato a la presidencia. En 1999 resultó elegido por un amplio margen sobre
la base de un programa de reformas sociales, nacionalismo económico, fin de la
corrupción e independencia política.
8 - Washington – prosigue Petras -, inició entonces una campaña de
hostilidades para que Chávez se uniera a la guerra global del presidente Bush
en Afganistán y el resto del mundo. Pero Chávez se negó a someterse, afirmando:
«No se combate el terror con el terror». A finales de 2001, el embajador de
EE.UU. se reunió con la élite empresarial y un sector del ejército para destituir
a Chávez mediante un golpe de Estado que se produciría en abril de 2002. El
golpe apenas duró 24 horas. Más de un millón de personas, la mayor parte
residentes de los barrios de chabolas, marcharon hacia el palacio presidencial
con el apoyo de los militares leales. Derrotaron el golpe y restituyeron a
Chávez. A partir de ahí, Chávez ganó una docena de elecciones democráticas y
referendos a lo largo de la década siguiente. El presidente Chávez triunfó, en
buena medida, gracias a su programa exhaustivo de reformas socioeconómicas a
favor de los trabajadores, desempleados y clase media.
9 - Ya en el poder, Chávez construyó más de dos millones de casas y
apartamentos, que se distribuyeron de forma gratuita entre las clases
populares; cientos de clínicas y hospitales que ofrecían sanidad gratuita en
los barrios más pobres; universidades, escuelas de formación y centros médicos
para estudiantes de baja renta con acceso libre.
10 - En el gobierno de Chávez, miles de personas debatieron y votaron
temas políticos y sociales en los centros comunitarios de los barrios,
incluyendo críticas y destituciones de políticos locales, algunos incluso
funcionarios chavistas.
11 - Entre 1998 y 2012, el presidente Hugo Chávez ganó cuatro elecciones
presidenciales directas, varias mayorías en el Congreso y dos referendos
nacionales, obteniendo entre el 56% y más del 60% de los votos. Tras su muerte,
el presidente Maduro ganó las elecciones en 2013 y en 2018, aunque por un
margen menor. La democracia floreció y las elecciones fueron libres y abiertas
a todos los partidos.
12 - Como los candidatos respaldados por EE.UU. eran incapaces de ganar
elecciones – prosigue Petras -, Washington recurrió a los disturbios callejeros
violentos e hizo un llamamiento a la rebelión en el ejército para revertir los
resultados electorales. El presidente Obama optó por aplicar sanciones al país,
que Trump profundizó. Estados Unidos ha incautado miles de millones de dólares
en activos venezolanos y en las refinerías petroleras en Estados Unidos. Luego
escogió un nuevo presidente (no elegido), Guaidó, cuya misión era subvertir al
ejército para que tomara el poder. Pero no lo consiguieron: apenas cien
soldados, de un ejército de 267.000 efectivos, y unos pocos miles de
simpatizantes de derechas secundaron la llamada. La revuelta de la oposición
fue un completo fracaso.
13 - Este fracaso de Estados Unidos para derrocar a Chávez era
previsible, pues las masas de votantes defendían sus logros socioeconómicos, su
control del poder local, su dignidad y su derecho a ser respetada. Más del 80%
de la población, incluyendo la mayoría de la oposición, se opone a una invasión
de EE.UU.
14 - Las sanciones económicas de Estados Unidos – sigue postando Petra -
han contribuido a una hiperinflación y a la muerte de unos 40.000 venezolanos
debido a la escasez de suministros médicos. Pero con un cinismo que conturba,
Trump culpa a Maduro de la escases de medicinas y alimentos, y cuando la luz se
interrumpe por un acto terrorista del imperio, desde Washington dicen que eso
ocurre por la falta de mantenimiento en las plantas, por descuidarlas.
Conclusión del artículo de James Petras
15 - Latinoamérica ha sufrido décadas de explotación y dominación por
parte de Estados Unidos, pero también cuenta con una historia de resistencia
popular exitosa, incluyendo las revoluciones de México, Bolivia y Cuba, y los
movimientos sociales y triunfos electorales posteriores en Brasil, Argentina,
Ecuador y Venezuela.
16 - El presidente Trump y su séquito asesino compuesto por el
secretario de Estado Mike Pompeo, el consejero de seguridad John Bolton y el
emisario especial para Venezuela Elliott Abrams han declarado la guerra al
pueblo de Venezuela, pero por el momento han sido derrotados, en buena parte
porque el pueblo ha defendido sus logros históricos. La mayor parte de los
pobres y los trabajadores son conscientes de que una invasión y ocupación por
parte de Estados Unidos produciría una masacre y la destrucción de las
estructuras físicas de la nación, de su soberanía y su dignidad, tal como le
han sucedido a Irak, Afganistán, Libia, Siria y a la antigua Yugoeslavia, cosa
que hace la clase dominante de Estados Unidos con la clara intención de
apropiarse del petróleo y otros recursos que posee Venezuela. A este respecto
ya lo dijo Henry Kissinger: “Venezuela posee las mayores reservas de petróleo
del mundo. Ellos las tienen y nosotros las queremos”. Concluye
escribiendo James Petras.
Espere la segunda entrega: Donald Trump no cumple su palabra
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