Por Raphy D’Oleo
ARTISTAS Y MISERIA
Algunos artistas mueren en la indigencia. Generalmente se culpa a los
vicios de que son víctimas, sin lograr entender que hay elementos inherentes al
ser humano que se convierten en causas de esa triste realidad.
Cuando se vive en una burbuja de éxitos el incierto futuro no es parte de
la visión de un artista. No logran entender que el arte es un medio, no
un fin. Los recursos que obtuvieron no los canalizaron para hacer otras
inversiones con menos riesgos. El artista que no tiene otro negocio del cual
vivir muere en la pobreza, pues los vaivenes socio-políticos afectan más a la
música que a cualquier otro renglón de la economía. Usted puede no ir al
espectáculo que más le gusta, pero no puede dejar de comprar la comida que
menos le gusta.
El negocio de la música no es para reinvertir lo que se gana, por eso no
critico que los artistas establecidos no se preocupen por apoyar a los talentos
nuevos. Ese no es su mundo y no tienen porque arriesgar lo que se han ganado en
un negocio tan inestable.
Entonces, aparecen los que apoyan. “Los Padrinos”, los que
auspician, mantienen y derrumban los géneros. Los grandes eventos son producto
de inversiones “apadrinadas”.
En los ’70 el auge de la salsa llego a la cima con “Los Padrinos”. En
los ’80 y ’90 el merengue rompió todos los parámetros con el mismo apoyo, y en
los últimos años el dembow y reggaetón se mantienen bajo el mismo patrón.
No es fortuito que su estrepitoso derrumbe coincida con la salida de escena de
su mayor auspiciador.
La música ha sido siempre el negocio y la vitrina de “Padrinos”, que usan a
los talentos como un medio, y en la mayoría de los casos los artistas se creen
la película, hasta que despiertan con una terrible pesadilla que los lleva a
morir en la indigencia.
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