Por JUAN T H
“Las olas del
mar son ondas que se generan por la fuerza del viento y son restauradas por la
gravedad. El viento fricciona con la superficie del agua ocasionando un
arrastre sobre la misma. De esta manera, a medida que la fricción aumenta se va
incrementando el tamaño de la onda en formación.”
Los surfistas
esperan la mejor ola, la más grande y violenta para deslizarse sobre ella y
tratar de llegar a la playa exitosamente sin importarle los riesgos, y en
salud.
Una onda se ha
generado con la fuerza del pueblo, con voluntad y conciencia para desplazar del
poder al Partido de la Liberación Dominicana que ha gobernado el país por
cuatro periodo -20 años- caracterizados
por la incompetencia, la improvisación, el saqueo, el robo, la
corrupción y la impunidad, mientras ha endeudado el país como nunca antes en la
historia sin haber resuelto uno solo de los problemas nacionales que arrastra
la nación desde hace más de cien años.
¡La ola del
cambio!
El PLD se ha mantenido en el gobierno gracias al engaño
y las mentiras, los fraudes electorales, la violencia y el envilecimiento de la
población, mientras sus líderes y dirigentes más prominentes se enriquecen
desproporcionadamente, produciendo hartazgos de esos que causan
náuseas y ganas de vomitar.
Las ondas de
pobreza que generan la corrupción y la impunidad, el robo y el desfalco, las
promesas incumplidas, la demagogia, la burla, el despropósito, la delincuencia,
el narcotráfico, la inseguridad y el crimen organizado, han ido provocando esta
ola cada vez más alta y enfurecida que promete arrastrar con el PLD y todo lo
que representa desde el Palacio Nacional.
No es casual que
el principal candidato de la oposición, Luis Abinader suba cada vez más en las
encuestas, es decir, en la ola del cambio. Lo mismo sucede con los candidatos a
cargos congresuales y municipales opositores. Ellos también están en la cresta
de la ola. Lo dicen las encuestas más reputadas del país y del extranjero.
Como una ola de
mar gigante que el viento arrastra y la
hace cada vez más grande, o como una
bola de nieve que crece mientras desciende, Luís Abinader se fortalece como
candidato de la esperanza del pueblo, que no podrá defraudar.
Esa ola del cambio amenaza con convertirse en un gran
Tsunami, tan poderoso que pueda arrastrar todo lo putrefacto de la política
oficialista, que es mucho, de una manera indetenible. Luis está arriba, cada
vez más arriba, en la cresta de la ola,
poderoso, imbatible, con voz de trueno señalado el camino hacia el
Palacio Nacional con propuestas de terminar con la corrupción y la impunidad,
con un programa de gobierno novedoso en áreas tan vitales como la seguridad
ciudadana, salud, vivienda, empleo, transporte, etc., sabiendo que encontrará
un país en ruinas porque el PLD dejará una nación quebrada, con un
endeudamiento insostenible. El PLD dejará el país vuelto una mierda. Limpiarlo
será una tarea descomunal de todos los dominicanos de buena voluntad. El tufo
del vaho llegará a la hermana isla de Puerto Rico y probablemente a la Florida.
Limpiarlo requerirá de brigadas enormes con guantes y mascarillas.
La primera tarea
del gobierno de la unidad y el cambio del PRM que encabezará Luis Abinader será
devolverle al pueblo la esperanza resaltando valores como el trabajo, la
honestidad y el amor por la patria
destrozada por los malditos que la secuestraron durante 18 largos años. ¡Y esa
no será tarea fácil!
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