Por Luis Eludis Pérez
Los dominicanos residentes en el exterior, somos por nuestra labor, un
grupo productivo, que tenemos que suplir nuestras necesidades en el lugar en
donde vivimos, y también ayudar a solventar algunas de las necesidades de nuestros
familiares y relacionados en la República Dominicana, al tiempo que, con la
esperanza del siempre anhelado regreso, hacemos algunas inversiones en uno que
otro negocio, así como también, algún tipo de inversión para la obtención de un
techo propio en nuestro lar nativo.
Esta situación nos coloca como uno de los pilares en que descansa
nuestra economía, pues siempre se ha dicho que el turismo, las zonas francas y
las remesas son fundamentales en el ingreso de divisas que inyectan nuestra economía,
que al decir de nuestros gobernantes está en una etapa inmejorable, pero, las
dificultades de los empresarios y comerciantes del país de poder cumplir con
sus acreedores y sus obligaciones en dólares, aun teniéndolos en sus cuentas,
no los consiguen y tienen que hacer uno y mil malabares para mínimamente suplir
su inventario después de estar en lista de espera un largo tiempo desmienten
palmariamente esas afirmaciones.
A pesar de enviar alrededor de 5 mil millones de dólares al año, no
tenemos ningún tipo de consideración ni respeto acorde con esto, de parte de
nuestras autoridades. No hay ni siquiera la posibilidad de que el gobierno nos
trate como ciudadanos comunes y corrientes, como cualquier otro ciudadano
residente en territorio dominicano.
A la luz de ese comportamiento, hemos observado con mucha preocupación y
hasta con indignación; que cada vez se golpea más a la laboriosa comunidad dominicana
residente en el exterior, y si analizamos que el actual presidente anda de
golpe en golpe con los que desde aquí contribuimos con nuestra amada tierra.
Veamos: 1- antes teníamos la posibilidad de llevar nuestros vehículos
con hasta 7 anos de uso y el PLD lo ha bajado a solo 5.
2-El envío de electrodomésticos usados se ha convertido en una odisea,
debido a las múltiples restricciones impuestas a este
asunto.
3-Los cónsules y funcionarios, por lo menos en Nueva York, hace tiempo
que dejaron de ser un producto de nuestra comunidad, y los importan desde allá desconociéndonos
olímpicamente.
4- Nos roban 10 dólares, cada vez que viajamos a nuestro país, de la
manera más burda que se haya visto nunca.
5-Nos están cobrando, por sacar la cedula de identidad y electoral entre
50 y 80 dólares y/o Euros. Lo que quiere decir que estamos pagando entre RD$
2,477.50 y RD$ 3,964.00 para los que vivimos en Estados Unidos y entre RD$
3,155.00 y RD$ 5,048.00 para los que viven en Europa. Así como también muchos
otros golpeos que iremos detallando en nuevas cuartillas que les prometemos.
Ante esto nos surge una pregunta: será que los resultados de las tres últimas
elecciones nos lo están cobrando con creces?
Les prometo
volver sobre el tema.
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