Respondiendo al Banco Central: sobre los empleos de Medina



Por Miguel Ceara-Hatton

Quiero iniciar estas notas agradeciéndole al Gobernador del Banco Central que haya distraído tiempo de su trabajo, así como recursos técnicos y financieros del Banco Central para publicar en dos páginas de los principales periódicos del país un espacio pagado, reaccionando al artículo que publiqué en el diario digital Acento y en mis redes sociales, cuyo título fue: “El empleo en el discurso de Medina: algunas precisiones”.

Antes de hacer algunas precisiones a tan enjundioso despliegue noticioso recuerdo que en mi artículo llegaba a cuatro conclusiones:
1.     El Sr. Presidente, al rendir cuentas a la Nación acerca de los logros de su administración en materia de empleos, comparó cifras obtenidas con metodologías completamente diferentes, llevándolo a sumar “peras con manzanas” (datos construidos de diferente manera).
2.     Ese error le permitió abultar la cifra de empleos creados anualmente. Entre 2013-2016, se crearon en promedio anual 113 mil nuevos puestos de trabajo (medido con la encuesta vieja) o 100 mil puestos de trabajo (medido con la encuesta ajustada) y no 120 mil (sumando la encuesta nueva y la ajustada, suma de peras con manzanas, para el período 2013-2017).
3.     El número de empleos creados equivale prácticamente a los que entran al mercado de trabajo anualmente, razón ésta por la cual no se reduce de manera significativa la cantidad de personas desempleadas.
4.     En 2017, usando la nueva metodología de medición se crearon 120 mil empleos, como indicó el Sr. Presidente, pero le faltó reconocer ante el país que de esa cifra el 87% era informal y, en el por ciento restante de empleos formales, la mayor parte son empleados en la nómina pública públicos, mientras los asalariados formales no estatales se redujeron.

El resto de mi artículo se dedicó a elaborar la argumentación que me llevaba a esas conclusiones.
Como se constata con la simple lectura de mi trabajo, la argumentación desarrollada contradecía los alegatos del Sr. Presidente y es el Banco Central de la República Dominicana quien responde a los mismos.
El Banco Central argumentó que los datos utilizados por el Sr. Presidente eran buenos y válidos. ¿Por qué? Sencillo, se afirma que sus técnicos habían homogenizado ambas encuestas. La encuesta tradicional de fuerza de trabajo, la ENFT (la vieja) con la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo –la ENCFT (la nueva).

Como evidencia hace dos afirmaciones una en la respuesta que da a mi artículo y otra en la página web cuando se entra a la “Encuesta tradicional ENFT con población ajustada por zonas y regiones” que hemos llamado “ENFT ajustada”

La primera, reaccionando a mi artículo emplea 173 palabras señalando:

“Precisamente para poder tener una serie homogénea y comparable de la generación de nuevos empleos, los técnicos del Banco Central actualizaron los factores de expansión de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT) tradicional para que tuviesen los mismos techos poblacionales de la nueva Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), los cuales se corresponden con las proyecciones de población realizadas por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) a partir del último Censo de Población y Viviendas realizado en 2010. En tal sentido, debido a que ambas encuestas fueron homogeneizadas para hacerlas comparables en los niveles de ocupación, los datos ofrecidos en el reciente discurso de rendición de cuentas de que la generación de empleos netos ha estado creciendo a un ritmo de aproximadamente 120,000 empleos por año durante el periodo 2012-2017, son técnicamente correctos”

La otra, es una breve nota en la página web de 74 palabras donde afirma:

“Con la finalidad de homologar los resultados de la ENFT a los cambios en la estructura urbano-rural de los censos de población (1993, 2002 y 2010) y de las diez Regiones de Desarrollo (Decreto 710-2004), los factores de expansión se ajustaron de acuerdo a las proyecciones oficiales de población realizadas por la ONE en el año 2015 para tener indicadores estables en valores absolutos y relativos del mercado de trabajo desde el año 2000”.

“Magister dixit” es lo más que se puede añadir. Esto así, ya que le están diciendo a todo el que sepa leer algo: créalo porque lo dice la autoridad monetaria del país. Resulta ser, empero, que no estamos ante una cuestión de autoridad sino de disciplinas sociales. Éstas tienen que avalar sus afirmaciones mostrando las pruebas de cómo llegaron metódicamente a un resultado, en este caso, homogenizar las mediciones de ambas encuestas, la ENFT (ajustada) con el ENCFT (la nueva).

Esto es más acuciante cuando al comparar las únicas cifras que están disponibles a todo el público por igual –las de los años 2015 y 2016- llego nuevamente a una conclusión radicalmente distinta y opuesta, a la que afirma la autoridad monetaria. Comparemos el nivel y el cambio de algunas variables relevantes vinculadas directa o indirectamente al empleo (ver el cuadro 1).

1)     Población Económicamente Activa abierta (PEA abierta). La ENCFT (la nueva) indica que la PEA abierta aumentó 148 mil personas entre 2015 y 2016, pero la ajustada dice que aumentó en 94 mil, es decir, el dato de la nueva supera al dato de la vieja en 1.57 veces. ¿Cuál elijo? Nótese que la diferencia entre la nueva y la vieja es menor que entre la nueva y la ajustada (1.37 veces y 1.57 veces respectivamente)

2)     La población económicamente activa ampliada (PEA ampliada). La ENCFT (la nueva) registra un aumento de 111 mil personas entre 2015 y 2016, pero la ajustada de 85 mil. ¿Cuál elijo?

3)     El empleo total. En la ENCFT (la nueva) el aumento del empleo entre 2016 y 2015 fue de 140 mil personas, pero en la ENFT (la vieja) fue de 112 mil. La primera supera a la segunda en un 25%.

4)     Los desempleados abiertos. En la encuesta nueva disminuye en 600 personas, pero en la ajustada disminuye en casi 18 mil.

5)     Los desempleados ampliados.  En la encuesta nueva el desempleo ampliado disminuye en 37 mil, lo cual es 1.39 veces más que la disminución de la ajustada (disminuye en 27 mil).

6)     La tasa de desempleo abierta. En la nueva encuesta la tasa de desempleo está entre 1.16 y 1.23 veces más alto que en la ajustada.

7)     La tasa de desempleo ampliada. La tasa de desempleo está entre 1.08 a 1.06 veces por encima de dato de la encuesta nueva que en la ajustada.  

Todos estos indicadores están vinculados con el nivel de ocupación y todos muestran un elevado nivel de discrepancia para los mismos años y con el mismo techo poblacional. Entonces, se está sumando peras con manzanas porque se trata de dos encuestas con metodologías diferentes (la nueva tiene 89 preguntas y la vieja 44, con periodicidades diferentes, con una redefinición de conceptos, entre otras muchas diferencias).

El cuadro 1 resume las diferencias estos indicadores, particularmente en el cambio que es lo que se pretende medir en esta discusión.

Una segunda línea de crítica del Banco Central a mi artículo se refiere a la relación entre los empleos generados y lo que entran al mercado de trabajo. Sostengo que los empleos generados, apenas logran cubrir la cantidad de personas que entran anualmente al mercado de trabajo.  A lo cual el Banco Central responde:

“Este no resulta ser el caso dominicano en años recientes, pues los ocupados han crecido más que la PEA y el total de desocupados ha disminuido en los últimos años”. Mi respuesta es evidente, si se suman peras con manzana como lo hizo el Banco Central todo es posible.

La Institución estatal continua su argumentación diciendo que aún en el caso “de que el valor absoluto de los desocupados de un país se mantuviese fijo por un periodo de tiempo, mientras la población y la PEA aumentan de forma vegetativa en igual lapso de tiempo, esto lo que reflejaría es una disminución del desempleo, es decir habría una menor proporción de desocupados con respecto al mayor tamaño de la PEA algo que parecería ser positivo y no debería de generar preocupación alguna”

Ante ese argumento, no puedo menos que responder con lo que es evidente. Primero, entiendo que el Banco Central se refiere a la disminución de la tasa de desempleo. En este caso la tasa del desempleo disminuye porque aumenta la cantidad de personas que entran al mercado de trabajo (el denominador) no porque disminuya cantidad de desempleados (el numerador) o porque el crecimiento de los desempleados sea menor que el crecimiento de los que entran al mercado de trabajo. Esto último debería ser el objetivo de las políticas públicas, pues uno de los instrumentos principales para mejorar la calidad de vida de la gente es que disminuya la cantidad de personas desempleadas, por eso es importante la cantidad absoluta.

Después tomando la serie de la nueva encuesta entre octubre-diciembre de 2014 y 2017 concluye que la PEA aumenta menos que los ocupados. Sin embargo, a este respecto se puede argumentar que:

1)     Utilizando la encuesta ajustada, entre 2016 y 2013 entraron al mercado de trabajo 387 mil empleos y se crearon 400 mil, apenas 13 mil más de los que entraron al mercado de trabajo en 4 años.

2)     Utilizando la encuesta vieja para el mismo período se registra 449 mil personas entraron al mercado de trabajo y se crearon 453 empleos entre 2013-2016, unos 4 mil más de los que entraron al mercado de trabajo.
  
3)     Tomando los datos del 2015-2016, en la ENCFT (la nueva) la PEA aumentó en 147 mil personas (lo que ingresaron al mercado de trabajo) y el empleo nuevo aumentó en 148 mil, es decir 573 personas más de los que entraron al mercado de trabajo.  Para 2015-2017, se crearon más empleos que los que entraron al mercado de trabajo.

Los números están ahí. Son los mismos que manejan y publican las autoridades monetarias. Imagino pues, que este debate no llegará a ninguna parte hasta tanto el Banco Central no realice un proceso profundo de homogenización de las encuestas, lo publique y lo someta a una crítica rigurosa de los estudiosos del tema. 



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