José Rijo y el movimiento MIRD



POR ROLANDO ROBLES

Lo recibí con cierto escepticismo, porque a pesar de que es uno de los políticos más coherentes que conozco, su idea de conformar un frente que ayude a redefinir las líneas del desarrollo nacional, desde la oposición, me lució algo un tanto utópico. Y no es que sea pesimista -que realmente lo soy- sino que, el solo pensar en aglutinar bajo la misma sombrilla celestial a tantos planetas, lunas, asteroides y cometas, que siempre han creído que son verdaderos soles, me parece toda una proeza.

Hasta para un experto del equilibrio político, como lo es José Rijo Presbot, esta iniciativa constituye un reto mayor. Porque no es asunto de buenas intenciones, pues sabemos que de ellas siempre ha estado empedrado el camino del infierno; es que hay “estrellas” que no conciben la idea de que alguien más pueda ser el centro alrededor de quien todos habremos de girar. Y con tales preocupaciones sobre la mesa, me dediqué a escuchar los argumentos que justifican el contagioso optimismo de este amigo de siempre.

“Nuestra organización fue concebida para producir una estrategia que involucre a la ciudadanía, organizaciones políticas y sociales, como protagonistas en la búsqueda de un cambio de rumbo para nuestra sociedad, que hoy se encuentra al borde del colapso, no solo financiero, institucional y político, sino también ético y moral, por el altísimo nivel de corrupción gubernamental amparada por un régimen de impunidad sin precedentes”, me dijo en su parrafada inicial.

Mas luego siguió con un derroche de datos; primero de corte social, que describen con detalles, el estado de involución en que se halla la sociedad que abandoné hace más de tres décadas. Exagerados algunos pensé, por aquello de que, “lo que buscamos es desalojar al PLD del y ya estamos en campaña”; pero con mucha certeza otros, que desde aquí -por lo general- no logramos apreciar en su exacta magnitud.

Después que pulsó la tecla emocional del viejo que habita en mí, procuró llevarme al plano de las comparaciones, sabedor de que los hombres de mi generación siempre suponen que “cualquier tiempo pasado fue mejor”; y que esa señal inequívoca de envejecimiento, nos lleva a evocar la era pasada, la de los valores familiares, del reinado de la decencia y las costumbres caseras, de las formalidades que impone el pupitre; en fin, la época de los tiempos ya idos.

Medio aturdido yo ante una descripción -tan tétrica como real- delo que es el ejercicio político dentro y fuera del Estado; tanto desde el Gobierno, como en la Oposición, y en general, en todos los partidos del sistema; se propuso rematarme con una andanada de cifras estadísticas -no en balde esa es su especialidad- que, aunque conocidas, nunca las había puesto en el contexto que, hábilmente, José me las presentó.

Lo que escuchamos aquí en Nueva York de boca de José Rijo, fue una verdadera cátedra, sobre un desorden económico que quizás no sentimos en la magnitud que él propone, pero que nos lleva a pensar en que tal vez, el año 2020 deba ser el momento apropiado para el relevo tan anhelado, en todas las instituciones públicas, no solo en el Gobierno.

Con el peso de su discurso, nos propusimos, mis compañeros de labor en el semanario radial “En la acera de enfrente”, de Nueva York, esta entrevista con José, para establecer hasta dónde, podría ser factible ese amplio frente de lucha que él y sus compinches, genialmente han llamado, Movimiento Independiente de Rescate Dominicano (MIRD).

Porque hay que decirlo, el variopinto que representa el comité gestor de “Mi República Dominicana”, como se le puede leer alternativamente, es de armas tomar: José Rijo, Manuel Jiménez, Ramón Colombo, Milly Pérez, Jimmy García Saviñón, Silvia Molina, Miguel Ángel Prestol, Henry Veras, Paula -María Moñitos- Disla, Alberto Rodríguez, Alejandro Pichardo y Cuqui Torres, entre otros, es un equipo envidiable. El reto es que logren “sintonizar” con las aspiraciones populares y convertir esa “sintonía” en votos contables.

Luis Grullón, nuestro “controler”, cree que José Rijo hizo una exposición magnífica, del escenario nacional y de sus planes; pero no está muy convencido, porque -según él- lucen como otra “marcha verde”, pero más pequeña. De toda forma, piensa apoyarlos; “porque el país no puede seguir como va”, afirma con energía “el Muñecón”.

Ernesto Méndez, presidente del Frente de Taxista del PLD en Nueva York, es más crítico y aunque reconoce la excelente y ordenada exposición del Coordinador del MIRD, sostiene que su creación va a fraccionar aún más la precaria unidad de la oposición gubernamental. Además de que entiende que hay algo de “apocalíptico” en su discurso, porque al PLD todavía le queda margen para maniobrar por diez años más, sin que el país colapse; un derroche de optimismo extremo, diría un chusco.

En todo caso, esta es la opinión de dos comunicadores activos, residentes en el Exterior y simpatizantes del PLD; y el MIRD debe tenerla en cuenta. Yo personalmente, estoy más esperanzado, quizás porque siendo de mayor edad, tiendo a ver siempre luz después del túnel. Y por qué no decirlo, porque todos soñamos con llegar a Roma, aunque sea con el último aliento.

Pero, a decir verdad, mi entusiasmo no es por simple solidaridad. Yo veo la posibilidad real de que este proyecto pueda prender en la mente de los dominicanos. Todo lo que necesitan es deponer las actitudes sectarias, entender que no estamos en 1970, que la mayoría de votantes no vivió los gobiernos de Balaguer, como tampoco la “guerra fría”; que el secreto del éxito político no es simplemente “querer” sino, realmente “poder” y que el discurso unificador ha de ser, más esperanzador que crítico.

En el tren de las victorias caben todos los que decidan montarse, aunque unos viajen en primera clase y otros en clase económica; no importa si el boleto es por la travesía completa, o si solo se intenta llegar hasta la próxima parada. Pero, sobre todo, el MIRD debe comprender que no estaba errado don Manuel Fraga cuando sostenía que: “la política es tan solo, el arte de lo posible”

¡Vivimos, seguiremos disparando!

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