Por Miguel Ángel
Cid Cid
La democracia en
el nivel municipal pasa por participar en la formulación, gestión,
administración y definición de las prioridades en la estimación presupuestaria
del Ayuntamiento. La democratización de la gestión de los gobiernos en las
ciudades, se traduce en clave para la promoción y gestión del desarrollo local.
La reforma en marcha de la Ley 176-07 tiene que abordar a fondo esta
problemática.
La concepción
del desarrollo local, no es un método puro y simple, es en esencia, práctica de
vida. Esta experiencia de vida implica conocer los detalles del presupuesto del
cabildo. Ahora, ¿quiénes deben empaparse y tomar parte del presupuesto del
ayuntamiento? En primer plano, están los líderes y dirigentes comunitarios. Y
en segundo lugar, todos los ciudadanos en el municipio. El segundo lugar no les
resta importancia a los ciudadanos, al contrario, le permite a líderes y
dirigentes cumplir con su principal función de mantener informados a sus
seguidores. En el desarrollo local, el presupuesto debe gestionarse en terreno,
en el campo de acción y con los propios actores locales.
En efecto,
sustentada en esta visión del desarrollo surge la primera experiencia de
presupuesto municipal participativo en República Dominicana, en un pequeño
pueblo del Cibao, en Villa González. A partir de 1999, año en que se concretizó
la primera versión del PMP las cosas marcharon ajustadas al espíritu filosófico
en que se concibió, es decir, al desarrollo local. Los debates se centraron en
priorizar la participación de la gente del barrio, el campo y de diferentes
sectores sociales y de género y niñez. En este sentido, siempre estuvo en
agenda la búsqueda incesante por encontrar ideas creativas. Hacer los métodos
más sencillos y prácticos, que los dirigentes de menor formación escolar
pudiera entenderlos e implementarlos por su propia cuenta.
En las leyes
176-07 y la 170-07 le llaman PPM, (Presupuesto Participativo Municipal) para
fines del presente artículo yo le llamaré igual como lo hacen en Villa
González, es decir, Presupuesto Municipal Participativo.
¿Cuándo se
origina el problema que hiso inviable o atrofió el espíritu participativo en el
proceso presupuestario de los ayuntamientos del país?
Desde mi punto
de vista, la distracción comienza con el auge acelerado del proceso
participativo. Cada vez el entusiasmo de la gente era más grande, y la calidad
de la participación crecía de manera exponencial. La magnitud del poder de
convocatoria atrajo el interés de las agencias de cooperación internacional que
competían entre ellas por resultados “relevantes” en sus iniciativas. La puja
entre las diferentes iniciativas de cooperación trajo aparejadito mayor
inversión de recursos en los proyectos aprobados.
En consecuencia,
recursos en dólares y euros invertidos en pequeñas ciudades, crearon la
percepción de que se movían fortunas inmensas. El mito de la fortuna,
acompañado de la movilización de mucha gente, atrajo otros intereses tan
dudosos como el de las agencias. Hablamos de los “dirigentes” políticos, mismos
que ven la conquista de votos en todas partes y tras ellos desvirtúan hasta sus
propias familias.
He ahí el punto,
todos querían ser graciosos frente a la gente y haciendo gracia la gente hace
todas las morisquetas del mundo. Lo primero fue la oferta de decenas de
millones de euros provenientes de un banco alemán. Luego, vino la Ley 170-07 de
Presupuesto Municipal Participativo y casi inmediatamente se aprobó la 176-07
de los ayuntamientos y el Distrito Nacional que incluyó inextensa la anterior
sin derogarla.
Por derivación,
la mescla forzada de intereses cuestionables resultó en un cúmulo de métodos
¿participativos? tan complejos y enmarañados que ni el mejor de los expertos lo
entendería. En esa maraña, el ciudadano se esfumó por completo, se
instrumentalizó de tal modo, que es difícil encontrar un municipio donde el PMP
se implemente teniendo la gente como centro.
En virtud de ese
arroz con mango legal plasmado en la Ley 176-07, los legisladores están en la
imperiosa necesidad de corregir esos entuertos. Sobre todo hoy, que está en
marcha un proceso de reforma al marco legal municipal.
El Presupuesto
Municipal Participativo (PMP), enmarcado en el enfoque del desarrollo local,
constituye sin dudas, la herramienta fundamental de construcción de liderazgo
local. Y el deterioro moral de los partidos requiere, hoy más que nunca de
líderes capaces de enamorar la gente en cada comunidad.
Miguel Ángel Cid
Twitter:
@miguelcid1
29junio 2017
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