Por: Nélsido Herasme
Mi padre Aquino Herasme
está celebrando su cumpleaños 97, lleno de vida y salud, 70 de los cuales
dedicó al servicio público y como premio ha recibido del estado dominicano una
indignante pensión de 5 mil pesos, la cual no le alcanza siquiera para cubrir los
gastos que demanda su ancianidad.
Esto llora ante la
presencia de Dios, porque don Aquino convertido hace poco en el empleado más
viejo de la República y condecorado por un ex presidente con la orden “al
mérito”, haya sido despachado a su casa con una miserable e
irritante pensión.
Mi padre nació en el
municipio de Villa Jaragua, de la provincia Bahoruco, en el año 1920, y desde
la edad de 23 años entro al gobierno, siendo su último cargo el de empleado del
Departamento de Servicios Generales de la Oficina Técnica de Transporte
Terrestre (OTTT), devengando un salario de 5 mil pesos al mes.
Desde el 2002 este
nonagenario servidor público había venido solicitando el otorgamiento de una
pensión que le permitiese vivir con dignidad y decoro los últimos años que le
restan de vida, clamor que nunca fue escuchado por nadie en el tren oficial, a
pesar de las múltiples diligencias que realizó.
En 2006 fue condecorado
por el presidente Leonel Fernández con la medalla “Al Mérito”, por el tiempo
que llevaba en el servicio público.
Durante sus 70 años de labor ininterrumpida, Aquino Herasme laboró para la Justicia, Obras Públicas, Salud, Educación y el Transporte.
Justamente cuando la
comunidad de Neyba es elevada a municipio y su pueblo natal, Villa Jaragua, a
Distrito Municipal, el 10 de marzo de 1943, Aquino Herasme se inicia como
Alguacil de Estrado, del Juzgado de Paz de Villa Jaragua hasta el año 1947.
A partir de ese mismo año
es nombrado Fiscalizador del Juzgado de Paz de San Juan de la Maguana, del que
dos años más tarde es sustituido por un licenciado en derecho.
En 1949 regresa a su
tierra natal, Villa Jaragua, en donde es contratado por el ayuntamiento local,
dedicándose a labores comunitarias, más tarde fue nombrado temporalmente como
supervisor de los Censos Nacionales Agropecuarios y de Población.
A partir del año 1950,
Aquino es contratado por los ingenieros Carlos R. Domínguez y Ulises Guzmán,
como supervisor de las carreteras en construcción en la comunidad de Sainaguá y
Hacienda María, en San Cristóbal y en Sabana Grande de Boyá, en Monte Plata,
hasta concluir como listero y supervisor de la construcción de la carretera
Navarrete Manzanillo, en la región del Cibao.
En un gran esfuerzo de
superación académica, en 1955, don Aquino Herasme hace el octavo curso por
admisión, realiza un cursillo para la enseñanza pedagógica, de la cual resultó
ser sobresaliente, con buenas calificaciones, cuya brillantez le permitió la
condecoración del premio “Sarmiento”, de mano del licenciado Víctor Garrido
Puello, a la sazón Secretario de Estado de Educación para el año lectivo
1958-1959.
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