Por Domingo Matías
Nuevamente la empresa Lajun Corporation, empresa que administra el
vertedero de Duquesa, emplea la estrategia de parar el servicio de gestión de
la disposición final de los residuos sólidos. El paro, en este caso parcial,
podría obtener de nuevo un resultado concreto: la renta, a favor de la empresa
y la continuidad desfavorable de los impactos ambientales. La última vez
que lo hizo fue en la gestión de Gobierno Local del alcalde Francisco
Fernández, quien anunció a recisión o anulación del contrato e hizo un llamado
licitación pública en el año 2013. No obstante, en fase posterior hubo un
"negocio" entre las partes (alcalde y Lajun). La renegociación con
Lajun significó una violación directa de la Ley 340-06 de Compras y
Contrataciones y su reglamento de aplicación. Ninguna de las instituciones
rectoras de compras, control externo y de la Contraloría Municipal se inmutó.
En el contexto del conflicto, quiero resaltar los
siguientes puntos:
1-Debajo de Duquesa, hay una infraestructura enterrada,
que costó millones de dólares. Un gran aporte hizo la JICA en el período
1994-1998, con la construcción de un relleno sanitario. La irresponsabilidad de
la alcaldía de Santo Domingo Norte, y de todo el sistema municipal, condujo a
que Duquesa pasara de ser un relleno sanitario con estándares de calidad
internacional a ser un botadero de basura. La responsabilidad se extiende a
todos los alcaldes, los cuales actúan con una visión de mira muy estrecha,
observando únicamente una parte del problema y no el todo. Un sistema de
gestión de residuos inicia en la casa, luego en la recolección, transportación
y disposición final. Las alcaldías del Gran Santo Domingo de modo directo no
asumen compromiso ni con la recolección y transportación, y mucho menos con la
gestión del vertedero; porque todo el sistema está privatizado y en muchos
casos resulta rentable para los poderes políticos locales.
2-La reiterada crisis de Duquesa, es una manifestación
concreta de la incapacidad de los alcaldes. Esto así, porque ante que apoyar la
Mancomunidad del Gran Santo Domingo, la cual es resucitada en época de crisis,
para gestionar colectivamente el vertedero, acuden “al papá” Gobierno Central.
Siendo esta una de la manera deslumbrante de su ignorancia sobre la
descentralización del Estado. El Gobierno puede ayudar, dentro de una
estrategia de coordinación. Pero las alcaldías deberían ser la responsable
directa de administrar un servicio que es esencialmente de vocación municipal.
Lo contrario, a esto último, sería estar de acuerdo con la recentralización de
los servicios públicos que competen a los ayuntamientos, traducido en pérdida
de autonomía administrativa.
3-Hoy y cuando hay crisis, los alcaldes se preocupan por
el vertedero, lo cual es obvio. Sin embargo, la calidad de la recolección de
residuos y su transportación por parte de las empresas no son cuestionadas. Las
empresas contratadas, que han devenidos en monopolios, han sido financiadoras
de campañas. Existe una triangulación de sobornos e impunidad entre
empresas-parte de autoridades-intermediarios. El peso de residuos que
transportan los camiones compactadores no son controlados adecuadamente. Los
Ayuntamientos pagan dinero por encima de la cantidad de toneladas recolectadas.
La pagan los contribuyentes. Incluso, muchos transportan escombros de
construcción y lo cobran como si fueran residuos domésticos. Los alcaldes lo
saben, y lo sabe Lajun.
La crisis con la empresa Lajun es sólo una parte del
problema. Las soluciones planteadas no responden a una estrategia a largo
plazo. Con Lajun hay una solución transitoria, no definitiva. La gestión
mancomunada del servicio es parte de la solución. En esta perspectiva es que el
Gobierno Central debería decidir su apoyo, más que intervenir siendo gestor. La
gestión mancomunada llevaría ahorrar recursos y protegería a los ayuntamientos
de la autosuficiencia financiera de los recursos, muchos de los cuales van a
parar a los bolsillos de las empresas privadas, las cuales disponen de camiones
que circulan como “pocilgas rodantes” por todo el espacio territorial del Gran
Santo Domino, además, de carecer de capacidades técnicas y de mucha falta de
principios de honestidad y ética para brindar un servicio de calidad.
Comentarios
Publicar un comentario