Por
Miguel Ángel Cid Cid
En
este país, las cosas andan “manga por hombro”, si usted mama la teta de “la
vaca gorda” la condena tardará años en llegar, o no llegar nunca. En
cambio, si el ordeño es a “la vaca flaca”
es indefectible que será severamente sancionado a la velocidad de un rayo.
Veamos la relación desigual entre algunos hechos del acontecer nacional.
Los
organizadores de la Marcha Verde, aseguran que el acuerdo entre la Procuraduría
General y la constructora Odebrecht, lejos de condenar, constituye un perdón a
la empresa. Y no es para menos, el soborno en las licitaciones para adjudicar
contratos de obras es un delito penal. Es aún peor, si el vicio perjudica el
Estado y el propio país. La compañía
brasileña confesó haber cometido la transgresión y con ello compró el derecho
para sobrevaluar los contratos. A su pesar, el Procurador General le ofrece una
salida de paño tibio.
Menos
mal, que el juez José Alejandro Vargas, declaró inadmisible el proceso de
homologación sometido por el Ministerio Público en el acuerdo arribado con la
constructora brasileña Odebrecht. El magistrado, saludó que el Ministerio
Público y la constructora brasileña, reconocieran que al pagar 92 millones de
dólares en sobornos, cometieron un hecho grave.
De
su lado, el Dr. Robert Valdez, Abogado de Odebrecht, afirmó que el acuerdo con la
Procuraduría no implica inmunidad. No obstante, a Valdez le luce esgrimir
argumentos baladíes. El que se niega a brillar con luz propia es el procurador Jean
Alain Rodríguez, defendiendo lo indefendible.
En Colombia
es diferente, un juez de Bogotá negó la libertad al exviceministro de
Transporte Gabriel García Morales. El exfuncionario fue el primer capturado en
Colombia por el caso de los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. La
sentencia del Juzgado 54 Penal Municipal de Bogotá se sustenta en los
argumentos de la Fiscalía.
--se
trata de un funcionario peligroso para la administración de justicia, toda vez
que podría obstaculizar el trámite procesal por su influencia dentro del poder
público --, advirtió el fiscal de
Bogotá.
Por
esta razón, García Morales continuará preso en la cárcel La Picota, en Bogotá.
Regresando
a dominicana, el Ministerio Público confiscó 51 máquinas tragamonedas en Santiago,
Villa Altagracia, Higüey y Samaná. La institución comunicó a la prensa que el
operativo se efectúo como una labor preventiva y de persecución de ese delito. La
medida represiva, está amparada en la Ley 29-06 y el Reglamento 252-89 de
regulación de la operación de las máquinas tragamonedas.
Justamente,
esta operación es igual de ilegal que los sobornos cariocas. La diferencia
entre ambas, estriba en que las tragamonedas están en poder de los chiquitos,
razón por la cual, la acción represiva fue instantánea. Los de Odebrecht, se
sirvieron con la cuchara grande 92 millones de dólares en sobornos.
¿A
cuánto asciende el monto de las sobrevaluaciones de las obras? ¿Se determinará
algún día esta cifra? ¿Quedarán evidenciados los funcionarios que se lucraron?,
son solo algunas de la interrogantes posibles.
En
consecuencia, se puede afirmar que esta es la razón por la cual, el proceso
judicial contra Odebrecht, en nuestro país, marcha “como
suero de miel de abeja”.
Mientras
la fiesta sigue, el Procurador Alain Rodríguez, se propone “escuchar” de las
propias comunidades lo que estas piensan de la situación actual. Como dice un
presentador de televisión local “mareo, mareo, mareo…”.
Los
que comen con grasa son los 136 generales que junto a otros oficiales de las Fuerzas Armadas Dominicana,
se engullen 7 mil millones de pesos anuales del erario público. Y “mientras el
hacha va y viene”, a los médicos se le regatea un aumento salarial.
Y
hablando de vacas gordas, el Presidente Danilo Medina, se hizo de vista gorda
en su discurso de rendición de cuentas el 27 de febrero pasado.
Miguel Ángel Cid
Twitter:
@miguelcid1
01marzo 2017
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