Por
Rafael Matos Féliz
Un proceso
traumático que separó, en forma evidente, a los que propugnan por el desarrollo
sostenible y los que buscan “el dame lo mío”, lo fue la lucha y gestión para la
construcción de la Ciudad Universitaria de la UASD aquí en Barahona.
Al final de la
década de los 60, un grupo de barahoneros (Comité de Apoyo) iniciaron las
acciones para que en Barahona se instalara una Extensión de la UASD;
universidad esta que había parido en el 1966, el Movimiento Renovador. Este
Movimiento definía a la universidad como universidad pública nacional y ello
permitió que se aprobara la instalación de extensiones en las distintas
regiones del país.
Luego el Comité
de Apoyo logró obtener, en calidad de préstamo, el edificio que sirvió como
Casino del Sur del Centro Sirio-libanés, que está contiguo al edificio de
Aduanas. Allí el 26 de febrero del 1970 se inicia la actividad universitaria
por primera vez en la ciudad de Barahona. Así nace la primera Extensión de la
UASD. Al día siguiente, 27 de febrero, se inaugura la segunda extensión en San
Francisco de Macorís.
A partir de ese
momento, la educación universitaria se abre paso en la provincia, trayendoeso un
verdadero desarrollo en toda la región suroestana. En la medida que crece el
ingreso de estudiantes a las aulas, se hace necesario que en la misma medida se
amplíe la infraestructura académica. Se lograron espacios prestados, se
construyó un nuevo edificio y aun así, ellono fue ni era suficiente para la
población universitaria.
La Direccióndel
CURSO del periodo 2002-2005, le da carácter a la necesidad de gestionaruna
Ciudad Universitaria que pueda albergar, en proyección estratégica, a la
población académica que crece día a día. Es de ahí que, con las asociaciones de
profesores, de estudiantes y de empleados, la Dirección del momento inicia la
gestión para conseguir los terrenos que ocupaba la Quinta Brigada del Ejército
en esta ciudad.
Esta ruta se
traza como estrategia debido a que la explosión del Polvorín de San Cristóbal, ocurrida
al final del 2000, llevó a la decisión gubernamental, en el 2001, de sacar
todos los recintos militares de las ciudades, a fin de evitar catástrofes y así
eliminar los riesgos para la población civil.
Se inician las
acciones desde el Centro-UASD para el logro de ese objetivo y se busca sostener
un encuentro con el Presidente de la República, que a la sazón lo era Hipólito
Mejía. Se logra hablar con el Presidente y a la solicitud del CURSO, él señala
su aceptación y disposición, pero nos recomienda hablar con el Secretario de las
Fuerzas Armadas, que lo era José Miguel Soto Jiménez.
Se logró hablar
con el Secretario, y al saber que el Presidente nos envió, señaló que si su
comandante en jefe estaba de acuerdo, él como respetuoso de los mandos no tenía
más opción que acatar y dar cumplimiento; pero quería saber, si nos entregaba
el recinto militar, dónde iba a alojar a “los efectivos” que en él se
encontraban. Que para ese entonces, nos hizo saber, eran unos 300 guardias.
Entre la
Dirección y el Presidente de la Asociación de Profesores,se acordó proponer que
se realizara una permuta entre los terrenos de la Quinta Brigada del Ejército y
los terrenos que la UASD poseía en la zona de Riochil (las 300 tareas donadas
por la familia Delmonte). Diseñamos la propuesta y la presentamos al Consejo
Universitario y la misma fue aprobada. Volvimos donde el Secretario con la
respuesta y acordamos una visita de él alos terrenos para conocer la realidad
en forma directa.
Ahí mismo se
inició en Barahona la oposición a ese proyecto de desarrollo. Sectores del
partido de gobierno se frotaron las manos y buscaron afanosamente que a sus
partidarios se les repartieran los terrenos de la Quinta Brigada. Desde la
Gobernación local se le pidió al Presidente que solo le diera a la UASD, las
edificaciones y que los terrenos se los repartieran a los perredeístas para
proyectos de viviendas. O sea, veían a la Ciudad Universitaria como un gueto,
entre casas, colmados, ganados, etc.
Desde la
Gobernación se les “apartó” un solar a todos los militantes del partido que
dieran por adelantado hasta 5,000 pesos. Eso llegó a llenar una alcancía de
varios millones de pesos, que aún hoy no se sabe a dónde fueron a parar. Se
tuvo el tupé de pedir un Decreto que planteaba la ocupación de los terrenos de
urgencia, para lotificarlo y repartirlo a los militantes del partido, para “su
proyecto de viviendas”.
Seguimos más
adelante con este tema
Por el
Desarrollo Sostenible
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