Por
Miguel Ceara-Hatton
Con insistencia se ha escuchado a
empresarios, políticos y economistas hablar de que el “modelo económico hay que
cambiarlo”, “que está agotado”, “que no funciona”. Ahora bien, se ha visto poca
argumentación del significado concreto de lo que expresa “cambiar el modelo
económico” y no se sabe si todos entienden lo mismo. Esta Nota intenta ofrecer
algunas pistas teóricas metodológicas de lo que significa cambiar el modelo
económico.
¿Qué entendemos por un modelo económico?
Es la forma de cómo la sociedad se organiza
para producir, distribuir el ingreso, acumular capitales, así como las
instituciones subyacentes, que acompañan y permiten la reproducción de ese
orden social en tiempo y un lugar específico.
Se necesita un enfoque de teoría económica
para interpretar la realidad.
Para entender e interpretar el funcionamiento
del modelo se requiere de un marco teórico que es la representación de la
realidad en el pensamiento, el cual identifica las relaciones relevantes entre
las variables, explica la reproducción material de la economía dominicana en el
tiempo, lo cual nos refiere a la historia y reconoce la multidimensionalidad de
lo social y donde lo social condiciona y se autonomiza de lo individual, es
decir, lo social adquiere autonomía de la conducta individual sin dejar de
reconocer que lo individualidad es importante. Esta visión nos lleva a un
enfoque de teoría económica heterodoxa.
Por supuesto se supera teoría
neoclásica. Desde la lógica teórica neoclásica es imposible hablar de un
“cambio de modelo” a menos que se violen los supuestos que le dan consistencia
lógica interna al paradigma. En efecto, para la teoría neoclásica el tiempo no
tiene densidad, las trayectorias no existen, se comparan equilibrios
intertemporales, se opera con un alto nivel de certidumbre, la sociedad se
reduce a la suma de las partes y ni la sociedad ni las instituciones tienen
autonomía ni influyen en las decisiones individuales (el supuesto de las preferencias
es individual y autónomo del colectivo social) y el principal instrumento
analítico es la relación entre la escasez (la oferta) y la utilidad (la
demanda). Los problemas económicos se reducen a garantizar la capacidad
autorreguladora de los mercados.
¿En qué consiste cambiar el modelo?
El orden o sistema social se define a partir
de unas relaciones sociales de producción, distribución y acumulación de
capital, que determinan un nivel de relaciones de poder, de desarrollo
institucional y tecnológico, generando una dinámica de influencias y
determinaciones recíprocas. Esas relaciones no tienen formas universales y
adquieren formas específicas en los diferentes momentos (histórico) y países.
Un cambio no necesariamente implica un
proceso evolutivo superior, sino que representan procesos de adaptaciones cuyo
resultado dependerá de las relaciones y fuerzas sociales que empujen por el
cambio. Además, los cambios a largo plazo reflejan conflictos en partes del
todo (el orden) pero no necesariamente llegan a modificar la naturaleza del
todo. Por lo tanto, cuando se habla de manera cotidiana de “cambio del modelo
económico” no hay necesariamente una referencia a un proyecto revolucionario
que modifica el orden social, sino que se refiere a cambios en la forma como se
organiza la sociedad para producir y reproducir las condiciones materiales y
las relaciones de poder e institucionales que le son funcionales.
Es decir se aborda un objeto de estudio muy
complejo: en un momento dado se parte de un desarrollo histórico, cultural,
tecnológico e identidad (decisiones tomadas en el pasado) que se proyectan en
el presente y condicionan la organización de la producción (¿qué, quién y cómo
se produce), la dinámica de distribución (¿quién se excluye y quién se apropia)
y la asignación del excedente (en qué y en donde invierte) lo cual influye en
las instituciones que refuerzan las relaciones de poder y que a su vez
condicionan los medios de comunicación, la cultura y los valores, lo cual
refuerza la organización de la producción. El resultado es la calidad de vida
de la gente, el nivel de cohesión social y territorial. Este proceso no es
unidireccional sino es complejo y es multidireccional
La cohesión social es la capacidad de la
sociedad en general y del Estado en particular para asegurar inclusión social,
garantizando un mínimo de calidad de vida a todos los miembros de la sociedad
lo cual genera un sentido de pertenencia e identidad al colectivo. Mientras que
la cohesión territorial, es el nivel en que la sociedad y el Estado son capaces
de garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades
independientemente de donde residan.
Los cambios del modelo
pueden reflejar luchas en la preeminencia de sectores productivos, luchas
distributivas, diferentes destinos de la acumulación de capital, cambios en las
instituciones y relaciones de poder, así como cambios significativos en las políticas
públicas que promueven determinado cambio estructural en el ámbito productivo,
distributivo o en la acumulación, entre otros.
¿Qué características generales tienen estos
cambios?
Analizando los cambios de la economía dominicana en los
últimos 67 años he identificado cinco características importantes:
1) Se
trata de cambios de largo plazo, en el sentido que se gestan lentamente y
una vez producido requieren tiempo para madurar. El largo plazo no es entendido
en el sentido histórico sino en una perspectiva de desarrollo económico (más de
un quinquenio).
2) Generan
transiciones socialmente “dolorosas” porque hay grupos
sociales que ganan y otros que pierden. Hay grupo sociales que desaparecen o se
deterioran como ocurrió en la transición de la economía azucarera (1980-1990) a
los servicios, cuando los bateyes y San Pedro de Macorís languidecieron o con
el levantamiento social de abril de 1984.
3) En
determinado momento son inevitables, especialmente cuando la reproducción
del orden corre peligro. Esa inevitabilidad adquiere la forma de un “ajuste de
mercado” a través de crisis macroeconómicas o en sectores productivos.
4) Implican
cambios en las relaciones de poder en la sociedad dominicana.
5) Implican
severas crisis (sociales y macroeconómicas) de transiciones donde la
forma de superar las crisis determina los nuevos equilibrios sociales y
económico en la pos-transición.
6) No
son procesos puros y más bien se producen de manera mezclada.
Tres elementos comunes
Del análisis de la realidad dominicana he
identificado por lo menos tres elementos comunes en los cambios ocurridos desde
1950 en adelante:
a) Las
condiciones de constreñimiento de la balanza de pagos (la disponibilidad de
divisas) ha sido el determinante en “ultima instancia” del producto y el
empleo.
b) El
nivel de demanda agregada, particularmente las exportaciones, han determinado
el nivel producto, el empleo y la tasa de acumulación de capital a largo plazo.
La restricción no ha estado del lado de la oferta.
c) Se
ha observado una dinámica estructural permanente que genera pobreza y
desigualdad, aun cuando cambia la lógica de funcionamiento del “modelo
económico”.
Situaciones que explican la necesidad del
“cambio del modelo”
A partir de este enfoque teórico metodológico
he podido identificar por lo menos cinco situaciones generales que pueden
generar un cambio en el modelo:
1) Situaciones
externas al país que provocan cambios irreversibles en la dinámica productiva, distributiva,
de acumulación o en la institucionalidad subyacente. Veamos:
a) Cambios
tecnológicos que hacen irreversible un proceso productivo. Por ejemplo, el
azúcar de maíz (líquida y cristalizada) contribuyó a desmontar la industria del
azúcar de caña en la década del ochenta del Siglo XX.
b) Cambios
en las preferencias de los consumidores en el mercado internacional que
desplaza la demanda de productos de exportación hacia sustitutos. Por ejemplo:
disminución mundial del consumo de productos dañino a la salud o de alto
contenido calórico (azúcar, café, cacao y tabaco).
c) Cambios
en reglas internacionales. Por ejemplo: el subsidio a la remolacha y al maíz en
la década del setenta del SXX o la aplicación de las reglas de la OMC sobre el
Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido que desmontó el acuerdo multifibra en
2005 y que afectó las exportaciones de textiles de RD.
2) Situaciones
en la que el mismo esfuerzo produce cada vez menos resultados. Ejemplo es el
caso de las políticas que aplicó Balaguer durante el período 1986-1990,
intentando volver a un esquema de políticas públicas para promover la
sustitución de importaciones y a una estructura productiva se había sido
sustituida por los servicios.
3) Resultados
no deseados o no esperados al aplicar una determinada política pública.
Ejemplo: el aumento estructural del coeficiente de importaciones durante la
década del setenta en la sustitución de importaciones, que produjo una
reducción del impacto del crecimiento de las exportaciones sobre el PIB y el
empleo. Otro ejemplo ha sido un régimen de incentivos que no permitió el
desarrollo de las exportaciones en la década del setenta con la sustitución de
importaciones.
4) Resultados
que éticamente son inaceptables por la sociedad como la concentración del
poder, el ingreso, la pobreza, la desigualdad, la calidad educativa, de la
salud, etc.
5) Situaciones
de choques internos que producen cambios institucionales. Por ejemplo: la
desaparición de la dictadura trujillista modificó importantes aspectos en la
apropiación y destino productivo del excedente económico.
Los cambios del modelo económico
Sobre la base de este enfoque teórico
metodológico se pueden identificar tres cambios de modelos y dos transiciones
entre 1950-2016 que han determinado cambios en la organización de la
producción, de la distribución del ingreso, en la acumulación de capital, así
como en las relaciones de poder e institucionalidad que acompaña o subyace a
esos procesos.
1. El
“Industrialización sustitutiva sin mercado” que culmina en 1959. La economía
crece a una tasa de 5.8% promedio anual con un nivel de volatilidad
relativamente bajo. El concepto “sin mercado” hace
referencia a un proceso de acumulación basado en el uso arbitrario y coercitivo
de los recursos del poder político (leyes).
2. La
transición postrujillista (1960-1967). La economía crece en 3.4% promedio anual
con un muy elevado nivel de volatilidad.
3. La
“Industrialización sustitutiva con mercado” (1968-1981). La economía registra
la más elevada tasa de crecimiento de las seis décadas con una relativa baja
volatilidad. Se distinguen dos momentos: a) el período de los “12 años de
Balaguer” cuando se registra el mayor crecimiento, pero en una dinámica que se
autoderrota (aumentan los requerimientos dinámicos de importaciones por unidad
de producto) y b) incluye los años de la “Demanda Inducida” 1978-1981, cuando
se intentó modificar algunos aspectos en la distribución del ingreso, pero con
la misma estructura productiva (en crisis) y fiscal, provocando una severa
crisis presupuestaria y cambiaria.
4. La
“Transición hacia los servicios” de (1982-1991). Se registra la más baja tasa
de crecimiento de las 6 décadas (1.8%) y una muy elevada volatilidad del
crecimiento. Esta transición se divide en dos períodos: el primero correspondió
al cambio en la estructura productiva (1982-1986), la cual fue la más profunda
y en más corto tiempo que se registra en la economía dominicana en toda la
historia republicana. En 4 años se desmontó la industria azucarera que había
reinado por 100 años (1880-1980). También abarca el primer gobierno de los “10
años de Balaguer” el cual intentó una política económica contradictoria con los
cambios que ya se habían producido en el modelo, generando la crisis económica
más profunda que registran las estadísticas nacionales entre 1947 y 2014.
5. La
consolidación de la economía de los servicios que abarca desde 1992 hasta la
actualidad. Se puede igualmente dividir en dos momentos: del 1992 al 2004 de
gran dinamismo consecuencia de un ambiente internacional muy favorable (década
del noventa) e incluye la crisis de 2003-2004, la cual no fue del “modelo
económico” sino fue un fraude bancario que, si bien generó un deterioro general
del nivel de vida de la población por afectar el 20% del PIB, no afectó la
estructura productiva.
El segundo período empieza en 2005, cuando la economía dominicana fue
afectada por factores internacionales y por situaciones internas de falta de
competitividad internacional, produciendo una caída relativa en las fuentes de
divisas, y un mayor endeudamiento público. A partir de 2010 hay algunos
indicadores que muestran una reestructuración de los ingresos de divisas.
En otros
artículos analizaré más detenidamente los cambios del modelo económico y sus
implicaciones en RD.
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