Por Nélsido Herasme
En los días en que estuve recluido en mi hogar, infectado
por uno de los virus que pululan en el ambiente, me sentí impotente y sin
fuerzas para escribir y expresar nuestras ganas de defender la dignidad
del doctor Rafael Suberví Bonilla, una persona a quien admiro y respeto
por sus valores de hombre honesto y humilde.
Inconsultamente, con el nombre de Fello se hizo gárgara
al ser bailoteado en algunos medios impresos y digitales junto a
dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano, quienes supuestamente
cabildeaban y pulseaban por llegar al puesto de una entidad del estado.
Era tanta nuestra impotencia, que las ganas en ese
instante era el de tener un megáfono de largo alcance para decir que es mentira
lo que se estaba diciendo en ese momento del doctor Rafael Suberví Bonilla.
No es verdad que Fello está desesperado y que anda detrás
de un puesto en la administración pública, muy a pesar del compromiso del
presidente con su persona, a partir del trabajo que realizó en la pasada
campaña electoral en favor de la candidatura de Danilo Medina.
Qué algunos encargados de direcciones y administraciones
hayan entrado en nerviosismo, eso es algo propio de las gestiones y
nuevos mandatos, pero de qué Fello esté mandando hacer encuestas y
levantamientos en tal o cual oficina del estado, eso es mentira del diablo.
Fello es un hombre de estado, un político de los pies a
la cabeza, por tanto, no es capaz de prestarse a dar de zancadillas para poner
a saltar a nadie de un puesto.
A nosotros no nos cabe la menor duda de que el honorable
presidente otorgará a Fello el puesto que merece por su trabajo, lealtad y por la experiencia acumulada y las buenas
ejecutorias en el manejo de las instituciones públicas a lo largo de su carrera
política.
Demasiado puestos a ocupado Fello Suberví en la
administración pública, los cuales van desde alcaldías hasta ministerios, en
los que ha dejado estampado su huella de honestidad inquebrantable.
Su testimonio de vida, su hoja de servicio y su
historia como gerente, caracterizado por la eficiencia, solidaridad y pulcritud
en el manejo de las instituciones que le ha tocado dirigir, son las
motivaciones que lo hacen merecedor de un puesto en la administración pública.
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