El respeto del mundo


Por Carlos Rey

«[En Atenas 2004] Puerto Rico hizo historia al convertirse en el [primero] en derrotar a un equipo de [baloncesto de] Estados Unidos compuesto por jugadores de la NBA durante unos Juegos Olímpicos. 

Periódicos, canales de televisión, páginas de Internet y emisoras de radio de todas partes del mundo reprodujeron parte de este magno acontecimiento cuando los boricuas se impusieron 92-73 a un Dream Team [Equipo de los Sueños] que muchos vislumbraban invencible. Fue el día en que David venció a Goliat de manera onvincente —comentó el diario PRIMERA HORA de Puerto Rico—. Y quien mejor lo recuerda es el dirigente que logró la gesta, Julio Toro.


»“Ese es el mejor juego que haya dirigido en mi vida —dijo Toro—.... Fue una victoria clara, y por ese momento en particular jugamos mucho mejor que ellos. Prohibido olvidar”, sostuvo Toro al recordar que nadie antes del partido le daba opciones de triunfo.

»“Para muchos era imposible ganar ese juego. Era un equipo que tenía mucho más arsenal que nosotros. Pero el insumo más importante que sacamos del partido es que por ese día todo el mundo en esta Isla se sintió orgulloso de ser puertorriqueño, sin importar su afiliación política, raza o credo. Fue un día de unidad”....

»Estados Unidos llegó a pegarse a siete puntos en la segunda mitad. Pero los boricuas no se amilanaron.... “Carlos Arroyo metió un bombazo de tabla que les sacó el aire —explicó Toro—.... En un abrir y cerrar de ojos nos pusimos en doble figura otra vez y los estadounidenses se desanimaron. Luego fue todo alegría.

Tuvimos la oportunidad de ser niños de nuevo y celebrar a todo dar....

»”Al ganar realmente no me imaginé el impacto que habría de tener. Fue algo que recorrió todo el mundo. Lo vine a asimilar con el tiempo”, dijo Toro.


»”Al llegar a la Villa Olímpica, aquella noticia se había regado como pólvora y nos dieron un gran recibimiento, en especial los argentinos. Su dirigente Rubén Magnano, sus asistentes y los que lo acompañaban nos abrazaron y nos felicitaron muy efusivamente. Fue un gran momento y le dio confianza a otros equipos de que ellos también podían vencer a Estados Unidos.”

»La celebración apenas duró un día, pues 24 horas más tarde tuvieron que enfrentar a Lituania, que contaba con un equipo formidable y [gran] estatura.


»“Cuando entramos a la cancha los lituanos se nos quedaron mirando algo pasmados, como queriendo decir: ‘... No se ven tan grandes, ni tan fuertes ni tan rápidos. ¿Cómo le ganaron a Estados Unidos?’ Fue algo jocoso”, sostuvo Toro, quien además se ganó el respeto de otros dirigentes y figuras internacionales que previo a ese juego ni lo saludaban.

“Gente que quizá no me conocían bien, ahora me estrechaban la mano con respeto y [me felicitaban]. Dirigentes [notables de la NBA y otros técnicos europeos]... que estuvieron allí presentes me saludaron con emotividad. Esa noche Puerto Rico se ganó el respeto del mundo.”»

Quiera Dios que así como, según el técnico Julio Toro, aquella noche Puerto Rico logró ganarse el respeto del mundo por su modo de jugar, también nosotros, sobre todo los que somos seguidores de Cristo, determinemos todos los días ganarnos el respeto del mundo por nuestro modo de vivir. Pues según el apóstol Pablo, es por nuestro modo de vivir que nos ganamos el respeto de los que no son creyentes.


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