Por Faustino Collado
Al Mescyt y a universidades:
Cuando empezó a conocerse la tragedia de San Francisco de Macorís, que hoy
tiene la tercera parte de los muertos por el Covi-19, y se supo que allí solo
existe un médico infectólogo, nos alarmamos y preguntamos cuál será la
situación en el resto del país.
Indagando al respecto hemos comprobado la gran deficiencia nacional en
estas dos áreas. La raíz del déficit de epidemiólogos e infectólogos es hacer
depender la salud del mercado capitalista. El Estado se ha desentendido en
muchos aspectos de la salud y el negocio de las clínicas ha florecido.
Como el gobierno paga muy poco al personal de salud, pocos médicos quieren
especializarse en esas áreas, ya que los mismos no tienen otros ingresos en
cirugías, partos y otros procedimientos y pocos ingresos en consultas, ya que
la demanda de epidemiólogos e infectólogos fluctúa con los contagios. Y, mucho
menos quieren irse a las provincias y municipios en esas condiciones.
A ese mercado perverso se acomodan las universidades, incluida la UASD a
pesar de ser pública. Por esa razón en el país no existe una sola especialidad
médica en Epidemiología. Existe la especialidad o maestría en Salud Publica (no
residencia) con una formación general en Epidemiología (I y II), que solo
existe en la UASD y la UCE; por eso, los pocos médicos dominicanos, menos de
20, con especialización en Epidemiología, han tenido que irse a estudiar en
otros países.
En el caso de la Infectología, solo existen dos residencias, una pediátrica
en el Hospital Robert Read, y otra en el Salvador B. Gautier. Si bien los
infectólogos son alrededor de 100, están concentrados en la capital. Teniendo
un país tropical como este, con varias enfermedades ambientales y contagiosas,
no se explica que el MESCyT y el Estado no tengan un plan de formación médica
al respecto.
Lo que se forman es muchos pediatras, gastroenterólogos, médicos
internos, ginecólogos y obstetras, anestesiólogos, cardiólogos, cirujanos, que
es donde está el dinero. Ese modelo de salud tiene que ser revertido. Hay que
cambiarlo. La universidad pública tiene que empezar, abriendo su primera especialidad
en Epidemiología.
El Covi-19 nos ha desnudado y ya es hora de tomar otro camino en defensa
del pueblo.
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