De Taipéi a Beijing, un boleto muy costoso


POR ROLANDO ROBLES     

Si yo fuera parte de este Gobierno, no estuviera tan entusiasmado con la ruptura de las relaciones con Taiwan. Yo esperaría hasta vermas claro los pros y los contras. O cuando menos, hasta que se firmen los supuestos acuerdos comerciales y de financiamiento que con tanto entusiasmo se han anunciado. Porque la cautela nunca sale sobrando y en este caso, nos resulta imprescindible; recordemos quela relación es entre el huevo y la piedra.

Es verdad que este arreglo cuenta, fundamentalmente, con la fuerza de la emoción y la añoranza de los días de lucha de una generación “post-abril”, que hoy comparte el poder con la Oligarquía nacional. Una generación de aspirantes a socialistas que jamás pudo asimilar los métodos de trabajo delaclase obrera, aunque pretendía representarla. Confesos “marxistas, pero no leninistas” los unos y “antimaoístas” los otros, forjadostodos al golpe del martillo sin la hoz, sobre el cincel de la guerra fría; revolucionarios de nuevo cuño, sobrevivientes de los “doce años”, sabrá Dios con cuales recursos.

Me resulta extraño que la facción gobernante, que hace esfuerzos ingentes por cumplir al dedillo los deseos del Departamento de Estado, decida de pronto, levantar tienda aparte de la Casa Blanca. Se pudiera argumentar “independencia y autodeterminación”, pero nadie les creería, en especial, la dirección media y medio alta del partido y del gobierno; tampoco los que hemos visto con estupor cómo se postró el Estado dominicano ante un embajador grosero y ultrajante, mientras se actuaba -y se actúa aún- de manera irresponsable y sumisa conlas políticas migratoria y fronteriza.

Opino que el presidente Medina, con esta decisión solo evidencia que, la reelección es inviable; que el poder del Norte no le dará su aprobación y que, por tanto, deba buscarse una salida que cuando menos, parezca una victoria ideológica, partidaria, coherente con el concepto -ya abandonado por inconveniente- de boschismo tradicional.

Es por ello que se pone distancia de la Casa Blanca, retirando el apoyo al aliado tradicional y cooperador de Taiwan; mientras se cae en brazos de la poderosa China Popular, el contrincante comercial mayor de USA en la actualidad. Este lance, más que a procurar el incierto apoyo económico del gigante asiático, está destinado a preservar el favor del partido; que, a fin de cuentas, es el arma principal de Leonel Fernández. Lo que nadie puede asegurar, es que se logren los resultados esperados. Leonel está soldado en la mente de la mayoría peledeísta, removerlo implica la ruptura total.

Hay otros motivos, unos ocultos y otros a la vista: mientras se alimenta el populismo morboso del partido y de la población con la “decisión heroica” de aliarse a China comunista, se sacan del escenario público los grandes males nacionales, como la inseguridad ciudadana, la corrupción y la intolerable invasión haitiana. Los próximos tres o cuatro meses, nos la pasaremos hablando de primarias abiertas o cerradas y del “negociazo” que hicimos con China, ya lo verán.

Pero al mismo tiempo se potencializan los candidatos internos contrarios a Leonel, esperanzando las masas votantes en el bienestar anhelado -que hasta ahoraha tocado mayormente a los que menos necesitan- y que vendrá supuestamente, de manos de los nuevos aliados chinos, con las grandiosas obras de bien social planeadas y siempre que se continúe con el grupo danilista en el poder, aunque no sea con Danilo.

Como se puede ver, este movimiento danilista, no es tan patriótico ni tan inocente como sus autores quieren que se perciba. Porque se pretende matar a mas de una paloma con un solo disparo, tal y como les cuento en los párrafos previos. Mientras que, se obliga a los opositores a respaldar las “populistas medidas”; porque si se oponen de manera pública, podrían ser afectados electoralmente.

Lo que me preocupa en verdad, no es el cambio pues, era una decisión que había que tomar tarde o temprano, quizás mas temprano que tarde. Si será beneficioso o no para nosotros; eso se podrá visualizar con el tiempo y las circunstancias por venir.

Ahora, lo que me molesta e intranquiliza es la euforia con que nos venden una panacea que no funciona en ningún otro país del mundo; y esto nos conduce ala pregunta obligada: ¿dónde se ha realizado el tal “milagro” chino?

Para terminar, quiero señalar otras dos aristas de esta maroma política de Danilo Medina. Una es la posibilidad de que cuando menos, recibamos de 500 a 600 mil nuevos turistas que probablemente lleguen a nuestra costa y nos gasten algunos dólares americanos, pues no creo que nos vayan a pagar con los yuanes.

La otra no es tan optimista como la anterior; y tiene que ver con el tan apetecido mercado que representan los más de 1,500 millones de chinos consumidores. Pero quiero -de nueva vez- que ustedes la visualicen a través de otra pregunta elemental, aunque la repuesta no resulte tan sencilla: ¿Qué diablos le vamos a vender los dominicanosa los chinos?

¡Vivimos, seguiremos disparando!




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