¿Periodismo? ¡Qué manera de ser sinvergüenza!


(Naturalmente, no hay regla sin excepción)

Por Tony Pina

El periodismo dominicano, un día como hoy, en lugar de estar depositando ofrendas florales, debería hincarse de rodillas ante los padres de la patria y pedirles perdón por tantas complicidades con una clase política decididamente cruel e inhumana y, más que nada, sinvergüenza. 

Hoy, los periodistas dominicanos deberían vestirse de luto no porque haya perecido la libertad de expresión y difusión del pensamiento, como al efecto cada uno de nosotros le tira una pala a la tumba, sino porque somos el instrumento más idóneo para hacer el mal.

¿Quién es el periodista que se ha creído que no somos más que unos bichos? ¿Qué tanta parafernalia en un día que, como el de hoy, debería llenarnos de vergüenza?

El periodismo dominicano es el mejor ejemplo para hacer daño; dista mucho de abrazar las mejores causas, de ponerse al lado del abusado en sus derechos y denunciarse los males de una sociedad que cada día muere en sus valores precisamente por no tener quién la defienda.

Leo por ahí a unos perversos diciendo que se volvieran a nacer serían de nuevo periodistas; y es entonces cuando me pregunto, ¿acaso quiere ese que se dice periodista seguir haciendo daño?

¿Dónde está el periodismo crítico? ¿A dónde han ido a parar la ética y el buen ejemplo?

El periodismo dominicano en lugar de estar depositando ofrendas florales debería hincarse de rodillas ante los padres de la patria y pedirles por tantas complicidades con una clase política sinvergüenza y decididamente cruel e inhumana.

Nadie, absolutamente nadie, que no se ponga al lado de las mejores causas puede proclamar que es periodista. En el mejor de los casos, podría considerarse un relacionador público o relacionista pero jamás un periodista.

Ya no se investiga, ya no se cuestiona el origen de la riqueza de los políticos; al contrario, se utilizan a los periodistas para encubrir riquezas.

¿Periodismo? ¡La mejor manera de desperdiciar el tiempo!


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