Por Pablo
Vicente
Hace algunos
días la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a
conocer el estudio ¨Panorama Social de
América Latina 2017¨ en la que destaca informaciones de gran importancia a
considerar y sobre todo a tomar en cuenta por la clase política, los gestores
de políticas públicas y de manera
espacial por las organizaciones de la Sociedad Civil.
Un elemento a
destacar del estudio en cuestión, es el relacionado a tema de la desigualdad,
plantean que la comunidad internacional ha logrado grandes avances sacando a
las personas de la pobreza, sin embargo, siguen existiendo desigualdades y
grandes disparidades en el acceso a los servicios sanitarios y educativos y a
otros bienes productivos, pese a los avances en términos económicos persiste
una alta concentración de la riqueza. Es decir mucho crecimiento y poca
distribución en la que se beneficien las mayorías.
Además, a pesar
de que la desigualdad de los ingresos entre países ha podido reducirse, dentro
de los propios países ha aumentado, lo que significa que cada país tiene un
gran desafío por delante para poder combatir la desigualdad, existe un consenso cada vez mayor de que el
crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza, si este no es
inclusivo ni tiene en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible:
económica, social y ambiental.
Un dato
conmovedor que puede servir de
referencia en relación al nivel de desigualdad es lo que plantea el informe de
Oxfam, a raíz de la campaña IGUALES,
destacan que: Siete de cada diez personas vive en un país en el que la
desigualdad ha aumentado en los últimos 30 años, La desigualdad extrema tiene
un enorme impacto en las vidas de las mujeres, sobrerrepresentadas en los
sectores con peores salarios y que sufren mayores niveles de discriminación en
el ámbito laboral y asumen la mayor parte del trabajo de cuidados no
remunerado.
Al ritmo actual,
llevará 170 años alcanzar la igualdad salarial entre hombres y mujeres y por último
la evasión fiscal por parte de las grandes multinacionales, la cual priva a los
países pobres de al menos 100.000 millones de dólares cada año en ingresos
fiscales, dinero suficiente para financiar servicios educativos para los 124
millones de niños y niñas sin escolarizar o servicios sanitarios que podrían
evitar la muerte de al menos seis millones de niños y niñas cada año.
En definitiva de
lo que se trata es que los Estados actúen sobre la base de derecho y no sobre
la base de clientelismo, muchas veces dan por dadivas lo que deberían de hacer
por derecho.
Para el logro de
una sociedad de más iguales es propicio tomar como marco de referencia lo que
plantean los Objetivo de Desarrollo Sostenible relacionado en la meta 10,
Reducir la desigualdad en y entre los países, dicha meta está planteada en
términos de lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos
del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional.
Las amplias
brechas en la distribución de los recursos económicos son una de las principales
manifestaciones de la desigualdad estructural que caracteriza a la región y que
se expresa en múltiples dimensiones.
Urge tomar
medidas para dar nuevo impulso a la redistribución de los ingresos y avanzar
hacia sociedades más equitativas y justas.Existe una enorme brecha entre una
clase poderosa y el resto de la humanidad que está sumiendo a millones de
personas en la pobreza, fracturando nuestras sociedades y debilitando la
democracia. Cada vez más personas viven con más miedo y menos esperanza, con un
futuro incierto y llenos de incertidumbres.
Es necesario construir juntos un nuevo consenso para
diseñar un modelo económico que beneficie a todas las personas, y no sólo a una
élite selecta, hay que abogar por una nueva economía más humana que cree sociedades
mejores y más justas en las que los trabajadores reciban un salario digno;
sociedades en las que hombres, mujeres, niños y niñas tengan iguales
oportunidades de crecimiento, construir una sociedad en la que seamos
felices, promotora de la protección del medio ambiente, en definitiva construir
una sociedad de más iguales y sobre todos menos desigualdad.
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