Ecologistas, medioambientalistas y autoridades, ¿dónde están?


Por  Félix Peguero

Se buscan por todas partes, por llanos y montañas, por arroyos, ríos y playas, por secciones y parajes, por el centro y las afueras de la ciudad, pero nadie los encuentra, reafirmando que han desaparecido, que son una especie en extinción, y que la provincia está sola, a merced de depredadores que buscan destruir nuestros recursos.

Y lo están destruyendo todo, constituyéndose en enemigos de la madre naturaleza. Y comenzaron montando empresas para socavar las orillas de nuestros ríos, instalando granceras que hoy son responsables de los estragos más escalofriantes. Luego de las presiones, escándalos y objeciones difundidas por los medios de comunicación, las granceras fueron llevadas a la orilla de la ciudad, tomando como centro de explotación la comunidad de Galeón, donde van dejando los signos más evidentes de destrucción.

La provincia Peravia, en su orfandad, ha visto cómo las susodichas granceras llegaron para trastornar la vida de miles de personas que residen en comunidades cercanas. Igual observamos los efectos destructivos que va dejando la compañía encargada de la explotación de la loma de Río Arriba, donde grupos comunitarios se prestaron a apoyar esa destrucción. Sin embargo, la mayor preocupación, es que pocos se pronuncian. Sentimos que las autoridades, cuando se trata de destruir montañas para extraer rocas para la construcción del muelle de Punta Catalina, se dan por desaparecidas. Y ni hablar de los que ayer se definían como ecologistas, especies que se fueron para confirmar que  sus afiladas garras no eran más que poses politiqueras.

Ahora que a pocos interesa defender nuestros recursos, donde regidores y otras autoridades se unen para otorgar permisos de explotación sin ningún rubor, es pertinente asumir la tarea patriótica de defender la madre naturaleza, ya que de nada sirven los esfuerzos por reforestar zonas devastadas, cuando por todas partes van quedando las huellas de  compañías explotadoras que se llevan nuestras riquezas con la complicidad de comunitarios y autoridades. Ahora que se ha paralizado la explotación de la Loma Agua de Limón, es pertinente asumir defender el patrimonio natural que heredamos, porque al ritmo que vamos, en poco tiempo aplicarán la ley de tierra arrasada, y no quedará árbol, agua ni manantiales en nuestra tierra.


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