Por Reynaldo Peguero
(Agradecemos al humanista y científico; amigo, aliado
y hermano, ingeniero Manuel González Tejera su colaboración permanente)
Presagiamos que Santiago irrumpirá el año 2020, iniciando una década
de insuficiencia de agua. Una de las virtudes genuinas que aporta la “Marca
Territorial Santiago”, es el agua del Yaque. Se impone que el nuevo Plan
Estratégico 2030 honre la insigne memoria de Emilio Peralta Zouain,
testimoniando este desafío. Propondremos y ayudaremos en la ejecución de
acciones de victorias rápidas y proyectos en agua y saneamiento. Construidos al
año 2020 el acueducto de Cienfuegos, el almacenamiento y colectores de Gurabo,
la tarea más que de abastecimiento, será gerencia.
Del 2020 al 2030 las pérdidas de agua, el agua no contabilizada, la
eficiencia del abastecimiento humano, la producción industrial-agropecuaria y
el cuidado del agua por la ciudadanía deben ser impecables. Bajo la rectoría de
CORAASAN y la autoridad de cuencas de la Comisión Presidencial de la Cuenca
Yaque del Norte, se impone aplicar una intervención integral.
En este orden, el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago
(CDES), sus 75 entidades socias y la Corporación de Acueducto y Alcantarillado
de Santiago (CORAASAN), aperturan este martes cuatro (4) de septiembre en el
Edifico Empresarial de Santiago, el período de Alerta y Movilización Temprana
(AMT) de Prevención y Contingencias contra la Sequía. Los invitamos a un
conversatorio sobre Sequía, Causas y Consecuencias en Santiago y la República
Dominicana.
Sequía es una anomalía climatológica transitoria en la que
la disponibilidad del agua está por debajo de lo habitual en un área concreta.
El agua no es suficiente para abastecer las necesidades del medio
biológico-natural. Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la
Asociación Mundial para el Agua (AMA), las sequías son un componente decisivo
de las ciudades y naciones. Para CDES y Centro Iberoamericano de Desarrollo
Estratégico Urbano la sequía es una variable decisiva en la planificación
estratégica territorial del desarrollo humano.
La sequía es un componente normal del clima que puede acontecer en
todos los regímenes climáticos del mundo, incluso en desiertos y bosques
lluviosos. Es uno de los peligros naturales más costosos. Sus consecuencias son
inmensas al perjudicar a muchos sectores sociales. El rastro de las sequías
suele ser mayor que el de otros peligros, que generalmente se circunscriben a
llanuras inundables, regiones costeras, trayectorias de tormentas o las zonas
de fallas sísmicas.
Para la Organización Meteorológica Mundial (OMM) tal vez no haya otro
peligro que se preste a ser más objeto de seguimiento, toda vez que su lenta
aparición hace factible que se observen los cambios en la precipitación,
temperatura y situación general de las reservas de agua superficial y del agua
subterránea.
Como otros peligros naturales, las sequías pueden
caracterizarse por su gravedad, localización, duración y desarrollo cronológico.
Pueden ser ocasionadas por varios procesos hidrometeorológicos que suprimen la
precipitación o limitan la disponibilidad de agua superficial o subterránea, de
manera que aparecen condiciones mucho más secas de lo normal o se limita de
otra manera la humedad disponible hasta un punto potencialmente perjudicial.
Los indicadores se analizan en diversos manuales de
indicadores de sequía que determinan la gravedad, la
localización, la duración, la aparición y el cese de esas condiciones. Se
impone validar que los efectos o consecuencias de las sequías pueden ser tan
variados como sus causas. Las sequías pueden repercutir negativamente en la
agricultura y la seguridad alimentaria, la generación de energía hidroeléctrica
y la industria, la salud humana y animal y la seguridad de los medios de
subsistencia, la seguridad personal.
Estos efectos dependen de los contextos socioeconómicos en los que se
producen las sequías, en función de la población o los elementos que estén
expuestos a las sequías y de las vulnerabilidades específicas de los entes
expuestos. Por consiguiente, los efectos que resultan de interés para la
vigilancia de una sequía específica y el contexto de alerta temprana suelen ser
un aspecto decisivo a la hora de determinar la elección de los indicadores de
sequía.
Un índice de sequía de 3 meses se calcula cada mes, en donde cada mes
tiene el acumulado de los dos meses anteriores de lluvia. Refleja la condición
de humedad de suelo, que en el caso de la agricultura puede indicar una
reducción de la humedad en la temporada de cultivo. El índice de sequía de
6meses se asocia con anomalías en los caudales de los ríos y reservorios. Por
su parte el índice de sequía de 12 meses se relaciona con caudales bajos de
ríos, niveles en los reservorios y especialmente con los niveles de agua
subterránea.
Aunque a finales del siglo XXI (año 2100) habrá una disminución de la
intensidad y duración de las sequías, en los próximos 15 años a partir de este
2018 la tendencia es aumento. Santiago y CORAASAN deben eficientizar el ahorro
y las pérdidas de agua a valores menores de 20%. Asimismo debemos tener un
Sistema de Alerta Temprana. La gestión de la Comisión Presidencial para el
Ordenamiento de la Cuenca Yaque del Norte es fundamental para imponer
normas territoriales. Debemos prever un desabastecimiento de agua en la década
del 2020-2030, que es el período de competencia del nuevo Plan Estratégico
2030. Se requiere aprovechar las terminales automatizadas que aportan las
estaciones climáticas donadas por el proyecto Clima-Info de USAID-INTEC-CDES a
la Corporación del Parque Central y la Junta Directiva del Jardín Botánico de
Santiago, para desarrollar un plan de ahorro sostenible del agua y reforestar
toda la cuenca del Yaque.. Debemos asegurar que la riqueza generada por el agua
sea retribuida para beneficio de la gente, en especial de los más pobres.
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