Por Claudio Caamaño Vélez
Tremendo reperpero ha armado la propuesta de Faride Raful de que se
investigue el uso ilegal de fondos públicos en las campañas presidenciales de
Danilo Medina.
Ha presentado pruebas que muestran grandes sumas de dinero desembolsadas
por el Ministerio Administrativo de la Presidencia a empresas de Joao Santana y
su esposa Mónica Moura, presos en Brasil desde febrero del 2016 por vínculos
con la red internacional de corrupción ligada a Odebrecht.
Más de mil cuatrocientos millones de pesos del dinero del pueblo dominicano
pagados a empresas de esos dos “santicos”… ¿Esos documentos se los inventó
Faride? ¡No! Les fueron entregados por la Contraloría General de la República.
Por menos de ahí han caído presidentes y hay ex presidentes metidos en la
chirola. Pero aquí el gobierno, cuya poca vergüenza es conocida, pretende
reducir esas contundentes e irrefutables pruebas a un “chisme”.
Si José Ramón Peralta y Rodríguez Marchena entienden que todo está correcto,
entonces dejen que una comisión investigue ¿Cuál es el miedo? ¿Por qué les pica
tanto cada vez que tocan el sagrado nombre de Danilo Medina?
Dice el artículo 93 de la Constitución, sobre las funciones en materia de
fiscalización del Congreso: “e) Nombrar comisiones permanentes y especiales,
a instancia de sus miembros, para que investiguen cualquier asunto que resulte
de interés público, y rindan el informe correspondiente”. Eso es lo que
pide Faride; no entiendo el alboroto.
¿Será que tienen miedo al artículo 83 de la Constitución, que plantea que
son atribuciones de la Cámara de Diputados: “Acusar ante el Senado a los
funcionarios públicos elegidos por voto popular por la comisión de faltas
graves en el ejercicio de sus funciones”? Quizás consideran que esa
comisión investigadora puede encontrar “lo que no se ha perdido” y sentar las
bases para un juicio político al “ungido” Danilo Medina. Claro, ese es “su”
Congreso, pero haría lo evidente más evidente, y aumentarían los niveles de
indignación.
Peralta, Marchena, Camacho, Maldonado, ustedes lucen muy guapos, dejen de
hacerse pipi en los pantalones y no le teman a la transparencia. Después de
todo, vivimos en una democracia ¿o no?
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